Sal por esta puerta del odio,
Donde las lagrimas no cesan.
Deja tus marcas en mi jardín,
Donde dejaste tus tristes huellas.
Ya no llorare por ti, mujer.
Todo lo que conociste se termino,
Las copas sobre un recuerdo,
Y pasaran años, y en tu olvido moriré.
La vida por fin despierta,
Abro los ojos a mi cruda realidad,
Porque niña de tus manos me alejo,
Para volar yo lejos de tu burbuja.
Mi corazón quema como un infierno,
Mi alma es la fuente del odio y amor.
Y mis manos lentamente se derriten,
Esos ojos que jamas mirare, volaran tras amor.
Quiero ser quien sea el más alegre,
Poder volar fuera de tu madriguera,
Y respirar el aire de la salvación,
De un peso eterno, y un dolor placentero.
De esta ceniza emerjo,
Ya no sere más para ti un amor,
Pues ahora elijo mi eterna soledad,
Y entre este bosque volvere a la libertad.
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