Hubo una vez en que el sol y la luna eran amantes, no había ni día ni noche, en la tierra solo existía una luz tenue, similar a la del anochecer. Ambos enamorados siempre iban agarrados, todos los contemplaban recelosos; hasta que un día, una tierra envidiosa y poderosa decidió separarlos, desde entonces, día tras día y noche tras noche, andan buscándose para poder fundirse en un abrazo como en antaño.
Solo cada cierto tiempo y durante unos instantes,los amantes consiguen encontrarse mediante los eclipses, en esos momentos en los que están juntos, se besan, se abrazan y hacen el amor, hasta que poco a poco, sin poder evitarlo y por inercia, se van alejando el uno del otro.
Algunas veces, una luna triste y sola, desde el otro extremo del mundo y separada por la tierra, se vuelve llena imitando al sol, para hacerle ver, que a pesar de la distancia, nunca lo olvida y lo ama con toda su alma.
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