Tienes el nombre
de aquel que supe en un futuro.
Nombre extraño;
para mi,
normal para mis extraños.
¿Caeremos en el balcón
con el astro refrescando nuestro lado?
Permíteme aludir en tus oídos
y reconozcas lo que digo. –
¿Caeremos en el balcón
sin ver la sombra?
- ¿Te compro la luz
nueva morada? –
- ¿Conocerás lo mismo
- en aquel balcón?-
Cansado estoy en estos días
no he conciliado paz en mis manos
para acabar contigo y, ¿No te sientes amada?
¿Tendrá que poseer
un balcón para tu gusto
y qué recuerdes? ¿Y ahora?
No te sientas aludida
en tus oídos,
cuando mis nervios
te dominaban y escuchabas
lamentos de gozo, de injurias,
sobre la loza helada del balcón
conociendo tus rodillas
Texto agregado el 19-02-2007, y leído por 145
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
19-02-2007
me encantó tecclas
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