Con un recuerdo que no he de olvidar,
presente estas en mis encantos,
conseguidos con el sudor de cabalgar;
sobre la sima de la vida que me intento
construir, sobre la sombra de tu memoria.

Nos quitaran los años el rancio camino
que un día cursamos en linda armonía
de una pareja vivida en temores disímiles.

Ya me pasa la cosecha que ha de pasar
desde el último beso que en un mes Mayo;
te tendí, como temiendo la desbandada
del primer momento del siguiente mes.

Siete años de amores perdidos
en una tierra que no quise navegar;
ahora aquí estoy en una solariega angustia
de desconocer mis dos frutos
nacidos desde tu interior.

La única forma que yo te deje
será cuando tú me dejes.

Camino sobre las mismas huellas
que he estado marcando en este
calor interno que no se mata.
Debido a tu presencia que calca mi cerebro
por todo el tiempo sin saber de ese amor
lloro solo y sin calzado limpio que usar.

Dejé todo y perdí todo para lograr
construir una felicidad en el blanco
expectante que quisimos fraguar.

No te añoro, no, ya que presente estas
en lo más limpio que puedo producir
sin rencor de amante satisfecho.
Te dejé un día y en ese;
fue cuando únicamente me odiaste.

¿Como te nombra el brazo fuerte que ahora posees?
¿Te detienes un momento para platicar
y recordar el nombre que te invente?

Solo un leve retrato tengo en mi gaveta
que no la abro desde mi despedida
de mis retoños y de la matriz
que les produjo una vida llena de alegría.

Te recuerdo hoy, ha como lo haré
en otro claro de luna, sin el rencor
que no te tengo; que ya no me recuerda.

Con el canto de una sirena, enamorado estoy,
de ese canto quede pasmado por siempre
en la falda que te ponías para gustarme.

No lamento los años que viví
de esa manera, caliente en los fríos
y bien fresco en las noches sudorosas.

Tengo la mente mas clara, ahora, después
que perdí en la tierra norte del norte que vivo.

Cuando yo te dejé, será cuando tú lo hagas.
Cuando ya te haya olvidado; será el mismo
día que tú ya me hayas borrado;
pero por este simple día yo te recuerdo