Nadie, ni el sueño, sabrà el rigor
insesante de mis ojos.
Mi voz que cantò tal vez
lo quimèrico y lo fantàstico
los nombres que se truncaron en mi boca
y todo lo sagrado que vi correr
en lo lejano de la lluvia.
Ahora no traigo nada en mis manos
y estoy triste, y mi destino encarcela
ciertos simbolos.
Estoy triste, digo,
y ninguna cosa aclarara esta ceniza.
Texto agregado el 18-02-2007, y leído por 147
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
18-02-2007
..a veces se vacian las manos y uno se llena de tristeza..pero tmb de tristeza nos vaciamos, y uno abre los ojos y encuentra lo que antes no habia buscado. Mildemonios
18-02-2007
=) muy bello y extrañamente en carna una locura sicópata o algo así. Me agrada, por sobre todas las cosas, los matices grises de las histiorias. Más aun la tuya. Creo que la agonía es una palábra muy cargada y al parecer tú la sabes apreciar. brunoporterceravez
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