No se donde estoy. Solo respiro un aroma a ácido y siento escalofríos. Mi cuerpo está erizado por la baja temperatura y dolorido como si hubiera corrido una maratón. Los ojos y las piernas me duelen, creo que están hinchados. Todo es tan frágil... No consigo saber donde está el norte ni donde está el sur, pero mis ansias por investigar, crean una fuerza interior que me mueve a conocer todo lo que ocurre a mi alrededor. Sigo sin descifrar que lugar es éste. Por mucho que lo intente solo veo una ciega oscuridad que me acoge repentinamente. Todo está oscuro ¿Qué ocurre? ¿Por qué estoy experimentando esto? ¿Por qué no soy capaz de escuchar tan sólo un breve sonido? La angustia se hace cada vez mayor. Me siento extraño a la vez que perdido. Poco a poco voy perdiendo la conciencia de la realidad. Todo se difumina tras un mundo divergente semejante a éste. La rutina y la seriedad es sustituida por la euforia. Sí, cierta locura invade mi cuerpo. Locura por hacer lo que creo conveniente. Nadie detendrá mis ansias de vivir.
Por las dimensiones, creo estar tumbado sobre un colchón con sábanas arrugadas y algo viejas; ambos huelen a podrido, quizá por la humedad, quién sabe el tiempo que deben llevar ahí. No tiene cabecera ni patas, pero sí una almohada delgada y con la tela algo desgastada. Me intento incorporar poniéndome de pie, pero mis delgadas piernas casi me lo impiden, creo que llevo demasiado tiempo sin dar un paso. ¿Por qué? No tengo respuestas aún. Una vez levantado pongo los brazos en cruz e intento calcular los límites del lugar en donde estoy. Noto la sensación de un zumbido reverberante que nace en mi interior y que se desliza hacia mis oídos, dificultándome el equilibrio. Ya estoy mejor, muevo los brazos lentamente y los pongo enfrente buscando un sitio donde sostener mi famélico cuerpo pero no encuentro final, así que intento moverme. Tras varios pasos me tropiezo con un muro frío y acolchado, de tacto áspero y algo usado; ahora tengo un punto de apoyo y me voy arrastrando. Nace una nueva esperanza y siento que puedo dar respuestas a mis preguntas, entonces avanzo y avanzo, pero sigo igual. ¿Hacia dónde voy? Recorro el muro hasta el final, ¿tendrá final? Sigo caminando y al cabo de un buen rato topo con algo, no se muy bien que es. Con un profundo suspiro continúo el camino hacia ningún lugar. ¿Por qué coño estoy en un lugar como éste? ¿Qué me ocurrió antes de estar aquí? Cuantas más vueltas le doy a la cabeza más cabreado y más rápido comienzo a caminar, hasta que caigo al suelo derrotado. Vuelvo a intentarlo y me pongo en pie nuevamente lanzándome a la aventura. Han pasado ya varios minutos y sigo sin encontrar el final de esta pared, lo único certero que hay en mí es que no voy a volver atrás. Continúo. Al cabo de un largo tiempo me detengo. Creo escuchar algo. Pero aún no puedo averiguar de que se trata, solo se que es un sonido lejano, agudo, y entrecortado. Parece como si alguien en otro lado, no sé donde, estuviera en mi misma situación y quisiera hacer alguna señal. El caso es que avanzo sin detenerme y me adentro una vez más en un pozo sin salida. El sonido parece ser cada vez más claro, pero soy incapaz de descifrar que puede ser. Ésta puede ser mi única salida, creo que sí. Estoy demasiado cansado ya, pero tengo que hacer un último esfuerzo por saber que hay ahí. Pero cada paso que doy, voy desilusionándome, creo que se trata de… si…, es el tintineo de una campana que lentamente suena contra la pared. Se ha detenido el repicar de la campana. Espera… ¡Joder! Sonidos que de alguna parte y sin sentido alguno, han creado una falsa esperanza en mi interior. ¿Y ahora qué? Seguiré andando… acercándome cada vez más al sonido que ha envenenado mi ilusión. Llevo horas moviéndome por éste asqueroso pasillo sabiendo aún menos de lo que sabía en un principio. Creo que estoy en un enorme laberinto sin salida. Quizá soy un experimento de laboratorio, un conejillo de indias y están jugando conmigo. Regocijándose con cada paso y cada golpe que doy. La locura empieza ha hacerse dueña de mi mente. Quizá es eso lo que quieren. Que me sienta débil y no dude de todo lo que pasa. ¡Pues no lo conseguirán! Continuaré caminando sin descansar. Se que habrá una salida en algún lugar. Se que alguien escuchará y entenderá mis razones. En ese mismo instante noto la presencia de un objeto frío y punzante que atraviesa mi brazo. Me doy cuenta de que un cierto líquido se está introduciendo en mi cuerpo. ¡Porqué! ¡Qué ocurre! De repente tropiezo en el suelo con un objeto inerte. Caigo perdiendo el sentido por un pequeño hueco, quedando atrapado en una enorme red pegajosa. Pocas personas consiguen salir de aquí. Una red que atrapa seductoramente a la gente, convirtiéndolos en meros títeres fríos, sin pensamiento. Es el camino de la dogmatización. Intento descifrar una imagen, si, creo que se trata de una enorme fila creada por individuos con curiosos uniformes que caminan con paso ligero, todos al mismo son. Al cabo de unos instantes abro los ojos. ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué ha pasado? Con un fuerte soplido me doy cuenta de que no era más que una pesadilla, pero… ¿por qué soñé esto? ¡Quizá no es una pesadilla ficticia sino real! Sí, realmente me estaba sucediendo. Entonces miro hacia el techo y empiezo a atar cabos, ya recuerdo lo que pasó, aunque… no puede ser… ¿Qué ocurre? Vuelvo a estar en el mismo lugar, en la misma situación que al principio. Ahora puedo ver algo mejor pero sigo sin dar forma definitiva a las cosas. Oigo una extraña voz que me grita: ¡rápido! ¡muévete! ¡No tenemos todo el día! Al mismo tiempo me vuelven a inyectar no se qué medicamento y me mantienen aturdido un largo rato. ¡Noooo! ¡Estoy internado en un manicomio! ¡Por qué! ¡Dejadme salir! No he hecho nada malo. ¡Estúpidos funcionarios! ¡Dejadme en paz! ¡Sabéis que no estoy loco! ¿Por no seguir el camino dictado? ¿Por no seguir las estúpidas reglas de la sociedad? ¡Soltadme! ¡Qué me suelten joder! Poco a poco empieza a hacer efecto la dosis del analgésico. Mientras me iba desvaneciendo, oía pequeñas risotadas ensordecidas. Vuelvo a caer en un profundo sueño y, sigo sin saber porqué estoy aquí.
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