Cuando en las noches ardorosas de un Miami de verano; donde actualmente resido, regreso al pasado; que vivo lo tengo, veo y escucho lo escondido; solo una leve mímica me denota la tristeza-alegría de aquellos años pasados.
El “notorio” “Richard” con sus cuentos rambesco, engaratuso a todos sus guardaespaldas y el cuento de decir lo que soñaba sería para hoy un chiste de burla un chiste de alegría pero al final del día un chiste de realidad. Los calores de un trópico bajo el mismo sol del sur son más amorosos como si fuese el sol del norte.
- Solo vergas sos. – Me decía en mis adentros, y no era el único, que pensaba eso.
- “Montemos verga” decía, en medio del bote que lo transportaba
- “...y ahí mismo lo rafaguié; antes de que jodiera a Navegante...”
¿Cuantas de esas frases, con tonos de hojas, derribaron como piedra un fino cristal?
¿Cómo odiábamos sus frases llenas de ficciones?; y eso que era uno que “luchaba” a la par nuestra.
Esos eran mis mensajes astutas, el “Richard” que contaba una de sus mágicas y fantasiosas aventuras guerreristas.
- Solo vergas sos, repetía en nuevamente en mis adentros.
-
Después de haber dejado su puesto como “JEFE” de seguridad de un político; lo convirtieron en un Comandante (nunca tuvo tropas a su mando; pero el era “comandante”) más traidor que un PEDRO RAFA o un JOEL, sin uno saber nada y poco a poco lo mezclan y lo quieren involucrar para que la bala certera acabe con los dos, pero al final la bala política acabo con todos.
Después de que el huracán JUANA destruyera tanta extensión en “nuestra” zona, los caminos y abras se tornaron gradas de ramas y troncos, todo el paisaje cambio en unas pocas horas, lo que ayer hacíamos en 4 o 6 horas, después nos tomaba unos 4 o 5 días. Todo cambio, la comida cambio, los caminos cambiaron, el abasto cambio, las reuniones, todo cambio; y nosotros éramos los idénticos guerrilleros, con mazamorras en los pies y desgarradas las rodilleras; sin municiones unos; sin vida otros; pero seguíamos ahí.
Para los últimos días de un mes incierto, del año fatídico, una pequeña tropa nos encontrábamos en las márgenes del CREEN CREECK, algunos, como RICHARD, tuvieron la suerte de viajar en bote, el resto, como yo, nos toco el camino, buscar el camino perdido por JUANA meses atrás; fue en se río que el “Cdte.” “RICHARD” expreso: “Montemos verga”, encontrándose en el bote que le llevaría al MAÍZ, los pobres soldados no tenían otra opción, sino que MONTAR VERGA, para llegar a su destino.
Vino como siempre en los meses de atrás más agua, más lluvia, más tiempo de caminata para llegar al MAÍZ. Llegamos tarde, y digo llegamos, por que Gracias a Dios mas de un hermano me esperaba para que no viajara solo, en una zona totalmente desconocida por mis pies, la conocía en mapas y geografía, pero no en estepas y veredas.
- Viene mas lluvia, me dijo HAMILTON
- apresura el paso, antes de que nos cierre el camino alguna llena. Concluyo.
Tres de ellos eran lo guías de mis pasos, para ese entonces PAJARILLO ya no existía; y RICHARD viajaba en bote.
En las horas cuando no miras nada, debido no a la ausencia de sol, sino al cansancio de una carga en tu espalda, a unas piernas que no responde, a la vida que te juegas, solo te queda esperar lo que nunca llega y saber que solo te has quedado, no hay mas remedio que apresurar el paso y llegar después donde te esperan los que te acompañan.
Comimos dos pescado con sal, el fuego estaba delicioso.
Con unos pocos cigarros nos calentamos los pulmones.
Con el hogar que teníamos presente, soñábamos.
Lluvia y más lluvia era la espera de mañana.
- Ojala que a los otros le haya ido mejor que a nosotros, en especial a los soldados de RICHARD
- No jodas, pensa en nosotros y no en ese HIJUEPUTA que solo verga es
- No pienso en él; pienso en los que van con él.
Conversaciones sin principio ni fin, que no nos llevaba a ninguna lado; pero con los cigarros valía la pena desperdiciar unas pocas mas de horas y calentar los pulmones y sonar con nuestras casas. Al final valía la pena hablar del JEFE que no esperaba a sus compañeros, sino que apuraba a los otros para el poder viajar y decir su frase; ya conocida por todos.
Más tarde cuando solo la luna mirábamos, las luces de las plantas muertas sobre la tierra húmeda que nos rodeaba; nos recordaba las luces del cielo y la esperanza de una vida mejor.
Mas lluvia golpeaba las champas viejas y amorosas, pero eso si; fieles. Cada gota era capaz de llenar nuestras cantinas, y el sueño nos mutilaba fácilmente el cansancio y más rico se podía dormir.
- Veamos la huellas, y sigámoslas
- Creo que nadie conoce esta ruta, llegue a dudar.
Era el mes de más lluvia vivida, con dolores de espalda y hambre que nos quitaba el aliento de subir una colina más; pero para eso nos entrenaron, para eso y más.
- Despuecito del medio día llegamos
- No jodas; si falta emputa para el MAÍZ
- Por eso te lo digo, después del medio quintal llegamos
- Conozco este lugar
- OK, te voy a creer, pero lo pongo en duda
Lo importante era continuar el camino nuevo para las botas, sin las aguas que a RICHARD le guiaban placidamente.
Se contaba en los descansos a la hora reencender su tabaco las aventuras de conocidos y desconocidos, de tantos muertos que tuvimos y las hazañas de héroes que no están hoy con nosotros, relatos y aventuras de los soldados de línea. Sin un sol fuerte que nos pudiese secar la fatiga reíamos de los cuentos y las “cagadas” que mas de alguno le paso, las puedo enumerar una a una, recordando cadi todos los detalles de la cosas que nos contábamos mutuamente, que dicha estar así, pero ya en la realidad, teníamos que continuar, viajando a pie, como siempre, cuestas y pendientes sin limite y la vista contando los pasos por venir.
Llegada la tarde, casi por morir la luz del bello amanecer, divisamos nuestro objetivo; ya estábamos en el MAÍZ y el descanso seria plácido por varios días, bueno para el nosotros, a los de RICHARD, no lo creo, todo el viaje fue en bote; navegando en aguas mansas y calidas de un CREEN CRECK que fluía rumbo norte; buscando un MAÍZ que nos albergaba a cada momento que le necesitábamos.
Jesús Suárez Gayol, Eliseo Reyes Rodriguez, Casildo Condoris Vargas, Antonio Sánchez Díaz,... y tantos otros mas que cayeron en combate con el icono de todo guerrillero, con las direcciones nuestras; cayeron mas de lo que podíamos evitar; pero cayeron volando verga y no “ordenando”; desde la punta de un bote ni menos desde el otro lado del patrolphone. Cuando cae uno de los nuestros la sangre va lavando el camino para los que le seguimos, sangre que alimento el tabaco que fumábamos, sangre que utilizamos para limpiar nuestros fusiles. La sangre descolorida. Guiados con valor murieron tantos y estos pocos que quedamos jamás olvidaremos sus cantos.
Después de que observamos la pequeña base clandestina que nos esperaba, nos sentamos a descansar, siempre con el tabaco en la boca, como queriéndonos dar un poco de esperanza que a la llegada; encontraríamos comida para los rezagados, (así fue), con una inhalada, en esta caso la ultima de la tarde, dejada la marcha la continuamos con mas alegría de la que nos podíamos imaginar.
Saludos a los de la vanguardia, saludos a los de la base, saludos a las pocas muchachas que nos miraban extrañadas, pero al final todo eran saludos. Lavarse uno, lavar el andrajo de uniforme que nos colgaba, limpiar los fusiles, un tabaco más, unos bocados y a descansar, mañana la marcha continuaba, el único atraso éramos nosotros con tantas horas atrás y tantos lamentos de jornadas que nos esperaba. Muy temprano antes de que los sábalos salieran en su caza, ya nosotros llevábamos unos cuantos cienes de metros avanzados, entre descanso y descanso, aprovechar a tomar agua limpia y fresca escuchábamos las aventuras de RICHARD, y más que nada la última que vivió, en días pasados. Cuando los pobres soldados terminaron de llenar el bote con la mayoría de las mochilas, cuando solo quedaban unos pocos centímetros de madera sobre el nivel del agua y la corriente esperaba mas abajo, RICHARD; decidió montarse en el bote para no caminar lo que faltaba, y el temor de los soldados al ver que el nivel del agua se “elevaba” y ya casi en la mera corriente el flamante Cdte. RICHARD (“CARABINA” VIRGEN) con su fusil y con unas pocas libras de peso en la mochila, se lleno mas de temor y se escucho su frase: ““montemos” verga” y como verdaderos soldados dispuesto a todo; canaletearon con mas fuerzas para poder vencer el agua que ya había fácilmente entrado en los botes que con el gran peso de su preciosa carga se temía que todo se perdiese en un santiamén. Ya entrados en la mera corriente y el zumbido del agua se convertía en piedras y troncos, nuevamente RICHARD, bien sujetado del bote y con la cara de temor grito: ““montemos” verga” y ya todo paso horas después a pura risa, cuando recordando que él, por la alegría de haber pasado la corriente sin ningún contratiempo; decidió levantarse en el bote, sin saber que se podía perder el equilibrio, volvió a ver atrás al resto de la tropa y con vos de mando, supremacía, y como diciendo en sus adentros: “Vean atajo de pendejos, lo logre”, esgrimió una vez mas su vos de mando; ya conocida por todos: “”montemos” verga”; sólo que esta vez él ya se enrumbaba hacia las frescas aguas del CREEN CRECK.
Después de que se finalizo el “recate”; tres pérdidas de cosas sin importancia para el resto; 1 - la mochila de RICHARD (cosas personales), 2 – 10 vasos de zucarina (uso personal) y 3 – El AK, que nunca supo lo que era sentir el fuego salir de su cañón. Y ya en los días venideros; al iniciar las marchas; el primero en salir enrumbado hacia cualquier parte de Nicaragua, gritaba con mucho orgullo: MONTEMOS VERGA; y la sonrisa interna de todos nos hacia placentero el resto de la jornada.
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