Hay dos o cuatro partes en todo esto, dos de las cuales me dicen que haga diferentes cosas llegado el momento; por ejemplo, si quiero alejarme de pronto, así de simple no puedo, no porque no sepa cómo sino porque en el fondo acaso no quiero. Si quiero quedarme otro poco te digo que te quedes, no porque quiera que te quedes, sino porque no quiero que te vayas.
Si te digo que te quiero vas a quererme, si no te lo digo, me quieres de todos modos. Una parte de mi debe reconocer que es bueno que me quieras, pero otra sabe que no debes quererme de ese modo, no sé de cual debas hacerlo, pero definitivamente hay otro modo. Una parte de mi quiere que me quieras, pero la otra no, esa parte negativa de que te quiera otra persona es acaso la del temor, la del temor que invade cuando la duda llega y se instala sin decir por dónde entró.
Las partes contrapuestas de querer o no las cosas, no tienen un orden establecido de antemano, porque por un lado espero a que llegues, y por otro creo que será mejor que no vengas, dejo claro que no es que no quiera que vengas, pero volvemos a lo mismo de quererme, cuando no lo hagas estaré pidiendo que regreses, y así definitivamente es como pasa todo, así, tan de repente.
Cuando pienso en el futuro no tengo nada claro, sólo sé que dentro de espero no mucho no tendré tanto tiempo disponible como para escribir, ni para leer, ni para pensar en partes contrapuestas. Entonces querré ese tiempo de que hoy dispongo y ese tiempo se habrá marchado... Me pasa más o menos lo mismo con lo que quiero y con lo que no quiero, con que me quieras pero que no me quieras, conque regreses pero que no regreses.
Espero comentarios pero no los dejo, espero visitas pero no las hago, una parte de mi se queja de lo monótono de leer a otros, y supongo que otros se quejarán de lo mismo al leerme, por eso no regresan, del mismo modo que no regreso a leerles, así me pasa con casi todo, son esas partes contrapuestas que le dan antisentido a todo.
Hay cosas que si no tomamos en su momento, a la distancia ya saben de otro modo. ¿Te has imaginado volviendo con quien tanto deseabas pero estuvo el miedo? ¿Has visto a alguien a la cara con ganas de lanzarte de nuevo a sus brazos pero sabes que ya no serás bienvenid@? Supongo que la clave será aprovechar las oportunidades, más allá de las cosas que no sabemos si algún dia vuelvan.
Yo creo que lo complico todo, tan simple como dejar que me quieras, y decirte que te quiero como lo hago sin decirlo, porque cada uno quiere a su modo, lo cual no significa que alguien quiera menos. Pero regreso a lo mismo de hace párrafo y medio, o acaso más arriba, cuando pienso en el futuro no tengo nada claro, pero no quiero arrastrarte en la caída, por eso no te digo que te quiero, aunque sepas te quiero cada día, y no digo esto para que me quieras, por lo haces de todos modos y sigue ahí la parte que no quiere que me quieras. |