Y como no celarte amapola si de mi pecho en carne viva aflora, un sentimiento puro y divino q mi pesar ahoga. Y corriste, y corrimos por esos tus campos frondosos donde una vez bajo aquel olmo frondoso te bese con pasión y lujuria, el tiempo pasaba como brisa de abril y pronto las lagrimas flotaban en el aire de color ocre, como no celarte amapola si esa tarde de abril te fuiste con mi corazón.

Como serte infiel azucena si en mis ojos se ve la simple seña del sutil tierno amorío que una vez nos acogió bajo sus alas en una tarde soleada de mayo. Vuelve azucena que ya quiero despertar de esta pesadilla que me trae muerto en vida desde que te fuiste. Ven corriendo corramos juntos unas vez mas y revivamos el fuego apisonado q se encontraba en nuestros labios al momento de hacer el amor.

Ya mañana no estará permitido soñar con aquellos bellos momentos donde tus dedos quemaban los poros de mi piel, cuando el aire rozaba con sutil dulzura los rizos de tu pelo y me hacían cantar. Vuelve mi divina gardenia y de mis sueños vuelve a ser la reina y aduéñate con tierno arrebato de mi corazón. Correrás, correremos. A donde aun no lo se, pero llegaros. Y en los días que tu pelo flote en la brisa de mayo, o cuando toques otra piel en abril acuérdate de ese olmo q nos vio besar tan apasionadamente.

Nunca dejes de soñar, detente para respirar, y tomate el tiempo q sea necesario para salir del olvido o dulce amada mía, que aquí te esperare con un ramo de rosas que entre tantas cosas te pedirán mi corazón