En esta noche,
hacedora de la masa de la vida,
velo virginal que esconde los misterios,
de tardes de arreboles y voz de alba roja,
mar bruñido de miles de estrellas,
oscuro camino que me pierde
hacia la sombras de las veletas.
En esta noche,
seguiré tu rastro de hombre excitado
encontrare tu boca deseada por la mía.
Entrare, despacio en tus sueños,
buscare por todos los rincones de tu cuerpo
me perderé bajo tu peso,
desesperada por el encuentro.
Me abandono a tus manos
dejare de ser mía,
para ser tuya en todos tus instantes
en esta noche, detenida y eterna
donde se funden las estelas.
Tus manos dormidas en mis pulsos,
tus sueños llegados a mis puertos.
Y mi cara, levantada al viento,
retándote, esperándote,
desde el principio al fin de los tiempos.
2006 |