Hola Kei:

Pensarás que soy una loca cuando termines de leer todo esto, pero no me importa, sé que vos también lo eres un poco, entonces no somos tan diferentes. Te he seguido "los pasos" desde hace no sabes cuanto, me pierdo las horas en la lectura de tus letras, y a veces me abstraigo tanto que sólo de vos me alimento, a ese grado me gustas, me enloqueces, me emocionas tanto.

Te encontré por casualidad, porque lo primero que supe de vos fue tu nombre, citado en una conversación ajena, entre dos compañeras de trabajo que no saben desde ese día te sigo la pista después de tanto, hablaban de que una de ellas se estaba comunicando con vos por mensajería electrónica, pero hasta ahí y con sólo poner vuestro nombre en el buscador te he encontrado.

En principio no me lo creía, como si al leeros me estuvieses leyendo el pensamiento, como si me desnudases a la distancia y con la mente, y en algún escrito, sólo faltara colocar mi nombre. Es un poco absurdo, pero no lo sabes, eso es todo lo que falta, que vos me conozcas para enloquecer al tenerme entre tus brazos como describes en tus cuentos locos.

He llorado tu llanto y vivido tu locura, he reído tus risas y hasta olido tus aromas neutros, los más azules, los más rosados, los más nauseabundos, me he vestido de colores y nombres extraños, recorrido esas calles que tan bien describes bajo la lluvia, al lado de los charcos y las gentes que nunca fueron mejor nombradas que en vuestros textos.

Me he extraviado en el camino si vos me faltas por un tiempo en que no escribas, pero releo mis cuenthots favoritos y me entretengo hasta tu vuelta, hay un algo que sabes vender muy bien que me hace estar de regreso cada noche, esperando hasta que vuelvas, y me deleites con otro texto, hago un espacio en las cosas que tengo por hacer, sólo para ver si has tarde vuelto, y te dedico las horas de mi desvelo acompañado.

Cambias demasiado, eres impredecible y a veces desapareces a ratos, siento que se te escapan esas palabras con las que quieres verteros completamente, sos ese reflejo al que te refieres cuando despierto con una de tus frases en los labios, me pasa tan de repente, que me veo con tu cuerpo a mi espalda y y mis senos rodeados por tus manos.

Me has hecho llorar lo reconozco, y reír a lágrima tendida por tus bobadas tan simples de humor negro y ácido, pero vuelvo irremediablemente a mis favoritos y aunque no deje comentario alguno y me da rabia, debes saber de vos no me aparto por no volver sola del trabajo, llego esperanzada de encontraros de nuevo, vertido en la lectura retratado, en alguna nueva aventura, o en algún pensamiento masticado.

Tal cual fuera este un encuentro adelantado, me presento ante vuestros ojos por completa, simple y fiel seguidora de vuestros trazos y letras que aludiéndote abrazas y encadenas, para estos ojos que no cejan el intento de seguiros, sin importar la demora ni lo largo de la senda en que de vuestra mano camino a cada paso. No espero una respuesta a mis intentos de alcanzaros, de escribir como vos un hipérbaton a cada buena frase, sean estos los tiempos mejores que encantada agradezco por los desvelos que me han también robado el esquivo sueño, como cuando sueño con vos. Completamente tuya: Alana.

Debo reconocerlo, esta tía me tiene bien medido, ha imitado a la perfección mi supuesto estilo de escribir a cada párrafo, nótese lo bien que recuerda los textos que escribo, se nota es verdad lo que ha mencionado, ahora cuando escriba de nuevo, le enviaré una dedicatoria, será por esto que subo el texto que a mi correo ha llegado, porque creo es lo menos que puedo hacer por tan ferviente admiradora, te envío donde estés un beso y un abrazo, saludos y el agradecimiento de este humilde intento de cuentero trastocado.