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DOÑA ROSA SARAVIA

¿Ustedes saben donde queda Puerto Añoranza Amazonas?
¿Ustedes saben por que Puerto Añoranza Amazonas siquiera aparece en el mapa?
¡Yo les contare la historia del por que Puerto Esperanza no aparece en los mapas y ninguno de ustedes ha oído hablar de ella!

Cuenta la historia que en puerto Añoranza Amazonas vivía una anciana muy querida por todos en el pueblo, que según dicen había sobrevivido a la esclavitud de las caucheras y que siendo muy joven en su tersa piel grabaron el dolor de la esclavitud, y que con los años aquellas marca se desdibujaron entre las arrugas, pero aquellas marcas de su corazón jamás lograron ser borradas.
Doña ROSA SARAVIA era la mujer mas querida por todos el pueblo, todos los domingos se ponía un hermoso traje rojo, se calzaba unos tacones rojos sobre unas medias rojas, se pintaba los labios con colorete rojo, rojo como la pomarrosa madura y luego sujetaba su cabello negro como la noche mas oscura con una cinta roja, Doña ROSA SARAVIA era la liberal mas liberal del pueblo, quizás no sabia a ciencia cierta que era ser liberal, pero sin duda alguna asociaba eso con la tan anhelada libertad que le fue robada en su ya muy olvidada juventud.
Doña ROSA SARAVIA era la mujer mas querida del pueblo por que a pesar de sus ochenta y tantos años, Doña ROSA SARAVIA era la única mujer que era capaz de sentarse con todos los hombres del pueblo a beber cachaza, fumar tabaco y jugar cartas toda la noche, y a demás de eso Doña ROSA SARAVIA era la partera del pueblo, era quien había recibido en este mundo a casi todos los hombres del pueblo.
Sin obviar estas razones, ¡Doña ROSA SARAVIA era la mujer mas querida del pueblo por que a pesar de sus ochenta y tantos años Doña ROSA SARAVIA no había perdido su vigor sexual! Es por este motivo que Doña ROSA SARAVIA era la mujer mas querida del pueblo.
Una tarde de domingo cuando Doña ROSA SARAVIA regresaba del pueblo de beber cachaza, fumar tabaco y jugar cartas, y a demás de hacer “otras cosas” con los hombres del pueblo Doña ROSA SARAVIA se sentó en la hamaca de su choza y empezó a pensar en su vida; por primera vez en su vida Doña ROSA SARAVIA sintió la soledad, y llego a la conclusión de que ya era hora de tener familia, lo cual no era ningún problema para Doña ROSA SARAVIA, por que a pesar de sus ochenta y tantos años encima, ella aun sentía el fuego en la piel, sintió el ritmo de sus caderas y el tibio sabor de sus senos algo afectados por la teoría de la gravedad, pero sin duda alguna aun tenia ese sabor algo dulce, algo ácido como el copoazu.
Pero aun Doña ROSA SARAVIA tenía un problema, no poseía un hombre que acompañara su soledad y ella no quería un hombre, ¡Doña ROSA SARAVIA quería un hijo!
A la mañana siguiente Doña ROSA SARAVIA se levanto muy temprano, se puso un hermoso traje rojo, se calzo unos tacones rojos sobre unas medias rojas, se pinto los labios con colorete rojo, rojo como la pomarrosa madura, y luego sujeto el cabello negro como la noche mas oscura con una cinta roja y bajo al pueblo, y rumbo al pueblo se encontró con el primer hombre, quien era el único pescador del pueblo, y Doña ROSA SARTAVIA sin pensarlo dos veces se le acerco al pescador del pueblo. Lo miro a los ojos y le dijo señor pescador yo jamás le ha pedido un favor, es mas yo jamás le he pedido un favor a un hombre, ¿pero seria usted tan amable y me hace el favor y me embaraza?, el pescador voltio a ver a Doña ROSA SARAVIA con sus arrugas sobre las arrugas y le dijo: Doña ROSA SARAVIA, yo a usted la quiero muchísimo y la estimo mucho y con muchísimo gusto le haría el favor, pero imaginase usted que yo soy el único pescador del pueblo y me tengo que levantar muy temprano a pescar a rió y luego ir a vender los pescados al pueblo y yo termino tan cansado cansado que no puedo; Y es mas yo dudo que los seis hijos que tengo en la choza sean míos. Y Doña ROSA SARAVIA como era una mujer muy conciente, como todas las mujeres del pueblo, le dio las gracias y siguió su camino, y más adelante se encontró con el lechero del pueblo a quien le pidió el mismo favor y quien le respondió al ver a Doña ROSA SARAVIA con sus arrugas sobre las arrugas y le dijo: Doña ROSA SARAVIA, yo a usted la quiero muchísimo y la estimo mucho y con muchísimo gusto le haría el favor pero imaginase que mi mujer es muy celosa y me cela hasta con las mismísimas vacas y yo no quiero que usted tenga problemas con esa fiera. Y Doña ROSA SARAVIA como era una mujer muy conciente, como todas las mujeres del pueblo le dio las gracias y siguió su camino, mas adelante se encontró con el panadero quien también muy decentemente se disculpo, al igual que el carnicero, el bibliotecario, el lechero, el locutor, el policía, el mecánico, el taxista, el comerciante, el motorista, el paletero y todos los hombres decentes del pueblo.
No le quedo mas remedio que ir donde el alcalde a pedir retribución por todos los favores hecho en épocas de campaña. Quien se ofreció gustosamente a realizar tal labor, pero que a su ves se declaraba impedido ya que poseía aspiraciones a la gobernación y seria mal visto por todos en el pueblo que tuviera hijos por fuera del matrimonio.
Aquella noche Doña ROSA SARAVIA no quiso beber cachaza, ni fumar tabaco ni mucho menos jugar cartas con los hombres del pueblo.
Esa noche Doña ROSA SARAVIA se fue a su choza y sentó en la hamaca y empezó a llorar, y mientras tanto los hombres del pueblo le contaban a sus mujeres los hechos del día y le decían que la vieja ROSA SARAVIA ya estaba tan vieja que hasta loca se había vuelto, que como se le ocurría a esa señora dizque pedirles el favor que la embarazara, que ya definitivamente estaba loca.
Y las mujeres de mi pueblo, como son mujeres muy concientes les dijeron a sus maridos, que como era posible que le hicieran ese desplante a esa señora que era tan buena con todos, que fueran ya mismo y le hicieran el favor a Doña ROSA SARAVIA si no querían tener problemas en la casa.
Pero mientras esto sucedía en el pueblo, en medio de su soledad Doña ROSA SARAVIA se acordó una receta muy antigua, una de esas recetas del las viejas Ticunas para quedar en embarazo sin ayuda de los hombres. (La receta puede ser copiada si hay alguna lectora que se encuentre en esta situación o algún lector que tenga una hermana o tía muy muy fea, quizás esta sea una solución), se toman dos remitas, una de uña de gato, otra de chuchuhuaza, se mezclan con tres sales, sal de mar, sal de tierra y sal de rió, se le agrega una copita de tatuzinho y se la untan en el vientre.
Cuando Doña ROSA SARAVIA termino de hurtase aquel menjurje, tocaron a la puerta y era el pescador del pueblo, que le decía a Doña ROSA SARAVIA que hoy había terminado muy temprano y no estaba tan cansado y el con gusto venia a hacerle el favor y Doña ROSA SARAVIA como dudaba un poco de aquel menjurje dejo pasar al pescador, cuando termino con el pescador tocaron a la puerta y era el lechero que le decía que su mujer estaba donde su madre y era imposible que se enterase de que el venia a hacerle el favor, y Doña ROSA SARAVIA como dudaba un poco del pescador, por que el dudaba que sus seis hijos que tenia en la choza fueran de el, dejo pasar al lechero, cuando termino con el lechero tocaron a la puerta y era el carnicero, cuando termino con el carnicero tocaron a la puerta y era el panadero, cuando termino con el panadero tocaron a la puerta y era el policía, cuando termino con el policía tocaron a la puerta y era el alcalde y así hasta con el cura y el pastor. ¿Ya les había contado que Doña ROSA SARAVIA a pesar de sus ochenta y tantos años encima no había perdido su vigor sexual?
En ese momento cuando termino con todos los hombres del pueblo Doña ROSA SARAVIA sintió algo similar a unas cosquillitas que le subieron por las piernas y lentamente se transformaron en remolinos de mariposas en su vientre. Se había hecho el milagro, Doña ROSA SARAVIA estaba en embarazo.
En el primer mes el estomago creció normalmente era casi imperceptible, pero a los dos meses el estomago parecía que tuviera cuatro meses, a los cuatro parecía de seis, a los seis parecía de ocho, a los ocho de 9, y a los nueve meses cuando todos los hombres del pueblo esperaban conocer al hijo de Doña ROSA SARAVIA para saber quien llevaría la responsabilidad, Doña ROSA SARAVIA no parió. Por el contrario el estomago de Doña ROSA SARAVIA se hizo tan grande tan grade, que los hombres del pueblo, por mandato del Señor Alcalde demolieron algunas casa de la calle principal, adquirieron una vieja carpa de circo e instalaron a Doña ROSA SARAVIA bajo la carpa de circo en el parque principal y se sentaron a esperar, esperar y esperar mientras el estomago de Doña ROSA SARAVIA crecía y crecía sin parar, cuando se cumplieron las novecientas lunas con sus respectivos soles Doña ROSA SARAVIA grito ¡hayy! Y todas las mujeres del pueblo se preocuparon, por que por primera ves recibirían un niño sin ayuda de Doña ROSA SARAVIA, luego de aquel grito, las mujeres del pueblo entraron a la carpa de circo y los hombres del pueblo en las afueras se sentaron a beber cachaza, fumar tabaco y jugar cartas y esperar.
Y en ese momento las mujeres del pueblo gritaron ¡ya nació! Y los hombres del pueblo preguntaron ¿y que nació? ¡Nació niña! Y ¿Cómo es? ¡Es la niña más hermosa del mundo! Entonces todos los hombres del pueblo bebieron cachaza, fumaron tabaco y celebraron; pero en ese momentos las mujeres del pueblo gritaron ¡ya nació! Y los hombres del pueblo preguntaron ¿y que nació? ¡Nació niño! Y ¿Cómo es? ¡Es el niño más hermoso del mundo! Entonces todos los hombres del pueblo bebieron cachaza, fumaron tabaco y celebraron; pero en ese momento las mujeres del pueblo gritaron ¡ya nació! Y los hombres del pueblo preguntaron ¿y que nació? ¡Nació niña! Y ¿Cómo es? ¡Es la niña más hermosa del mundo! Entonces todos los hombres del pueblo bebieron cachaza, fumaron tabaco y celebraron; Y en ese momento las mujeres del pueblo gritaron ¡ya nació!.... etc…etc…etc…
Cuando habían pasado seis lunas con sus respectivos soles en la carpa del circo aun gritaban ¡ya nació! Y los hombres del pueblo preguntaban que nació y las mujeres del pueblo respondían sin cesar.
Entonces llegaron a la conclusión de que por el momento a cada familia le tocarían doce docenas de hijos de Doña ROSA SARAVIA, y una tarde de domingo cuando una de las familias del pueblo preparaba un suculento sancocho de pescado en el patio, uno de los hijos de Doña ROSA SARAVIA que ya empezaba a caminar se acerco a la olla y ¡juaquate! Se fue a ella la Doña de la trato de sacarlo pero el agua estaba muy caliente y mientras regreso a la cocina por algo que le sirviese, observo que dicha tarea ya era inútil, pero con sorpresa se dio cuenta que el sancocho tomaba color, olor y el hambre que estaba haciendo fue tan grande que la seño saco al niño de la olla y sin pensarlo dos veces le corto una falange de la manito y se la metió a la boca.
Esa Señora jamás había comido una carne tan buena, es mas ella jamás había comido carne pero le gusto. Entonces llamo a su marido y le ofreció, ¡el marido dijo que como era posible que se fueran a comer un hijo de Doña ROSA SARAVIA, que eso era pecado mortal que se condenarían al infierno! Pero voltio a ver hacia la casa y se dio cuenta que entre las doce docenas de hijos de Doña ROSA SARAVIA esta ausencia pasaba inapercibida, entonces corto lastra falange de la manito del hijo de Doña ROSA SARAVIA y se la metió a la boca. Y el jamás había comido carne tan buena, es mas el tampoco había comido carne nunca pero le gusto.
Lo que sucedió a continuación es que lo hijos de Doña ROSA SARAVIA eran tan gorditos y grandecitos, unos morenitos, otros blanquitos, unos rosaditos, que un hijo de Doña ROSA SARAVIA alcanzada para dos familias; y llamaron a la familia vecina quien dijo ¡que como era posible que se fueran a comer uno de los hijos de Doña ROSA SARAVIA, que eso era pecado mortal que se condenarían al infierno!
Pero le dieron a probar una de las falanges de uno de los piecitos del hijo de Doña ROSA SARAVIA y esa familia que tampoco había comido carne y mucho menos tan buena, quedo extasiada. Y mientras tanto en la carpa de circo seguían gritando ¡ya nació! Y los hombres del pueblo preguntaban ¿y que nació? ¡Nació niña! Y ¿Cómo es? ¡Es la niña más hermosa del mundo! Entonces todos los hombres del pueblo bebían cachaza, fumaban tabaco y celebraban; pero en ese momentos las mujeres del pueblo gritaban ¡ya nació! Y los hombres del pueblo preguntaban ¿y que nació? ¡Nació niño! Y ¿Cómo es? ¡Es el niño más hermoso del mundo! Entonces todos los hombres del pueblo bebían cachaza, fumaban tabaco y celebraban; y como todos sabemos “pueblo chico, infierno grande” por que entre las tardes sofocadas de mi pueblo en medio del lento ritmo que da la selva, los hombres del pueblo y las mujeres del pueblo comentaban que la Señora de Don José preparo frijoles con carne de los hijos de Doña ROSA SARAVIA, que Doña Maria hizo muchacho relleno con carne de los hijos de Doña ROSA SARAVIA, que los habían preparado asados, fritos y hasta en lechona y entre chisme y verdad los rostros tristes y famélicos de los hombres del pueblo empezaron a cambiar, retornaron las sonrisas y las fiestas patronales.
Al pueblo llego un Paisa (que no era mi papá) quien se dio cuenta que la carne de los hijos de Doña ROSA SARAVIA era un buen negocio y monto un restaurante, y lo siguieron los Costeños, Vallunos, Opitas y todas la colonias que llegaban al pueblo en busca del sueño de un futuro prospero, y fue así como aparecieron carnicerías, hoteles, puestos de comida rápida y con el progreso por fin apareció y el gobierno que del pueblo siempre había sido el gran ausente, y los impuestos no se hicieron esperar, con el recaudo primero se hicieron ricos y luego con lo poco que sobro, pavimentaron las calles, hicieron escuelas, muelles, hospital, hasta metro y universidad, de garaje pero a quien le iba a importar.
Pero una tarde de domingo cuando la selva entra en el letargo soso y cobrizo del atardecer entre los estrepitosos cantos de los loros y las golondrinas, en la carpa del circo no volvieron a gritar, ¡ya nació! Y los cantos y las celebraciones cesaron, como cesan de repente los aguaceros, el llanto no tardo. Los hombres del pueblo muy preocupados se reunieron en busca de una solución y llegaron a la conclusión de que les tocaba volver a preñar a Doña ROSA SARAVIA, y fue así como todos los hombres del pueblo y los que trajo el progreso se enfilaron frente a la carpa de circo para volver a preñar; no sin antes establecer las reglas y condiciones, echarse uno estaba bien, dos mejor, tres mucho mejor, cuatro un berraco sos, cinco que mentiroso sos… etc.
Y aquí empieza la parte fantástica del cuento que no me van a creer.
En el primer mes el estomago creció normalmente era casi imperceptible, pero a los dos meses el estomago parecía que tuviera cuatro meses, a los cuatro parecía de seis, a los seis parecía de ocho, a los ocho de 9, y Doña ROSA SARAVIA no parió. Cuando se cumplieron las novecientas lunas con sus respectivos soles Doña ROSA SARAVIA no parió. El estomago de Doña ROSA SARAVIA se hacia cada ves mas y mas grande, mucho mas que la anterior gestación, y todos los hombres del pueblo se sobaban las manos y soñaban con una próxima bonanza que nuca llego, por que una tarde de domingo cuando la selva entra en el letargo soso y cobrizo del atardecer entre los estrepitosos cantos de los loros y las golondrinas, en la carpa del circo todos los hombres del pueblo vieron como la vieja Doña ROSA SARAVIA se hacia tan grande, tan grande como un globo, y con sorpresa vieron que lentamente se empezó a elevar y a elevar y pronto se perdió en la inmensidad del cielo.
Desde ese día la tristeza y la pobreza regresaron al pueblo, pero desde ese día Puerto Añoranza Amazonas sigue siendo el mismo municipio miserable que ni siquiera aprese en el mapa.


Si alguna vez pasan o van a Puerto Añoranza Amazonas, pregunten por esta historia a los hombres viejos del pueblo, ellos les dirán que Doña ROSA SARAVIA si existió que esta historia fue verdad y que ahora Doña ROSA SARAVIA vive en un planeta lejano, que allá sigue pariendo sus hijos y que a veces visita en pueblo en forma de estrella fugaz.
Pero si le preguntan a un hombre joven quizás no recuerden a Doña ROSA SARAVIA pero sin duda alguna les dirán que la historia es verdad, que quizás Doña ROSA SARAVIA si era una gran y productiva madre, pero que es esa madre selva esa madre selva que el hombre blanco exploto hasta el final y que no dejo nada, y que sin duda alguna no fueron niños los que parió, que parió caucho, animales, coca y madera, pero que ya nada queda, que desde ese día en Puerto Esperanza Amazonas vive la tristeza en compañía de la pobreza, que aun se bebe cachaza y se fuma tabaco, pero que su gente ya no sonríe, se lamenta y que desde ese día Puerto Añoranza Amazonas sigue siendo el mismo municipio miserable que ni siquiera aprese en el mapa.

FIN

Texto agregado el 15-02-2007, y leído por 324 visitantes. (0 votos)


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