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Por una mujer

Un día, no recuerdo bien la fecha, aunque creo que fue un 6 de junio –jeje- fue un día de esos en los que todo sale mal, creo que todos hemos tenido un día así, o por lo menos a todos los que salimos a la calle o hasta todos los que nos levantamos de la cama y pues sabemos que son difíciles de olvidar. Bueno pues ese día me levante tarde, todavía obnubilado al caminar hacia el baño tropecé con el lápiz que la noche anterior se me había caído, causa por la cual no termine mi tarea por que estaba tan cansado que al agacharme no lo encontré, al bañarme no pasaron 5 minutos y el agua caliente ya era historia, al salir de mi casa el camión paso mas puntual que de costumbre pero tras una pequeña corretiza de 2 cuadras lo alcancé y para mi disgusto 2 cuadras mas adelante se descompuso y tuve que esperar 15 minutos mas para abordar otro. Al llegar a la escuela mi mala suerte parecía haberse escondido bien, pues el maestro nunca llegó y no tuve retraso, mis amigos me invitaron a desayunar, fuimos a la cafetería de la escuela donde nos instalamos y casi me olvido del inicio de mi día. Al salir del lugar note que mi novia me esperaba recargada en el barandal con una expresión que nunca olvidaré, ella estaba ahí cruzada de brazos, tenia las cejas fruncidas y el pómulo ligeramente levantado, como si verme salir de la cafetería le causara algún tipo de disgusto y al intentar besarla simplemente se dio vuelta y termine besándole casi la oreja, discutimos y me dijo que ya no sentía lo mismo por mi, que no le ponía atención, no la miraba como al principio, no la besaba como al principio cuando la tomaba en mis brazos y la apretaba contra mi pecho como si tratara de volverla mi propia carne. El problema no era que ya no me interesara, yo la amaba tanto como mi corazón adolescente me lo permitía, latía muy rápido cuando ella estaba cerca de mí, solo que en estos días no la veía tan feliz como antes y por supuesto que lo único que podía ser era que estuviera viendo a alguien mas, por que así son las mujeres, cuando algo ya no les satisface lo dejan por algo que ellas piensan mejor –bah- y claro, ella no era la excepción puesto que me termino como si nada de lo que los ocho meses pasados no hubiera sucedido jamás. En el resto de las clases, bueno, ¿podría pasarme algo peor?
Llegando a mi casa sin novedad en el camino encontré a mi padre sentado en la mesa dibujando, cosa que le agrada bastante hacer, creo que no podía ocultar mi estado de animo, pues al saludarlo me preguntó -¿esta todo bien?- a lo que le respondí como un buen hijo que no quiere preocupar a su padre –claro, ¿Por qué lo preguntas?- no se que clase de sentido raro tengan los padres, rastreador quizás por que me respondió – ¿que te ha dicho Jessica?- en ese momento lo que menos quería era hablar de eso pero mi padre paso su brazo detrás de mi hombro y palmoteando mi estomago me dijo –¿algo que tu viejo no pueda saber?- en ese momento quería gritar, maldecir ese nombre, pero lo único que mi alma ahogada en sufrimiento y una sensación de soledad pudo decir fue - ¡odio a las mujeres!- mi padre solo asentó con la cabeza –ya veo- dijo, ¿ya veo? ¿Solo eso podía decirme la voz de la experiencia? Claro, a él todo le salio bien, su primera y única novia es mi madre, ¿pero después de 20 años de matrimonio solo un simple ya veo? Justo estaba por irme de ahí cuando me pidió que le contara que había pasado y tras pensarlo detenidamente creo que mi respuesta de odio a las mujeres no fue muy explicita que digamos y me quede a contarle como ella me había cambiado por alguien mejor con la excusa de que ya no la abrazaba como antes, ni la besaba como antes, cosa que era mentira y me enojaba. El asintió con la cabeza y me dijo:
- hijo mío; debes saber que las mujeres después de la vida es con lo mas precioso con lo que Dios nos ha bendecido a los hombres, ellas al igual que nosotros pasan por tres etapas en su vida, cada una tan especial y única en la que nuestro creador ha plasmado su esplendor y belleza. Al nacer nos regalan la mayor sonrisa que nuestro rostro pueda mostrar, y una felicidad tremenda, en su primera etapa, la niñez, su mirada refleja su inocencia, corren, saltan felices, sus besos y abrazos son tan sinceros y su sonrisa recobra tu felicidad aún cuando al llegar cansado del trabajo te encuentres malhumorado. En su segunda etapa, la adolescencia, su mirada refleja su curiosidad de conocer el mundo, saber el por que de esto y aquello, descubrir al amor por primera vez, esperando a el príncipe azul que las lleve en su corcel blanco y las proteja por siempre, pero esta es una época de confusión en la que muchos hombres que a primera vista parecen aquel príncipe azul solo quieren aprovecharse de la inocencia que las acompaña en este cambio de etapa y quienes solo logran lastimarlas. Mas adelante en la juventud su mirada refleja la experiencia y el deseo, siendo esta la parte de la segunda etapa, no menos que en la anterior pero de una manera sublime, donde con un gesto apacible, un movimiento de la cabellera, un solo y lento destello de la mirada dominan el espacio y pertenecen tranquilas como en el centro de un ciclón, al parecer ignorantes de la propia fuerza de atracción que arrastrara a ellas de modo irresistible los anhelos u los almas de tantos hombres. Etapa donde también ha de llegar el hombre por el que han esperado y sufrido tanto. Ellas convierten a un hombre normal en el hombre mas feliz sobre la faz de la tierra con una sola palabra –acepto- nos llevan al paraíso y de regreso y darían su vida por nosotros si fuese necesario.
Aquel hombre que las acompañará el resto de su vida, será con quien procrearán, quiero decir con quien tendrán hijos en quienes conocerá el verdadero amor, el amor de una madre por sus hijos, aquel que solo Dios conoce y que un hombre conoce solo en pedazos, pues ellas sin conocernos nos regalan su dolor, su tiempo, su mas tierna sonrisa, su esperanza y hasta sus nutrientes por medio de la placenta. Todo eso sin esperar nada a cambio solo tiene un nombre AMOR.
En su tercera etapa, la vejez, en sus ojos se ve su madurez y cansancio de un recorrido lleno de triunfos, fracasos y vueltas por las que a todos sin excepción nos lleva la vida, pero dentro de su fortaleza de mujer nos siguen brindando ese amor tan inconcebible por nosotros, sonriéndonos, abrazándonos y de mil formas más.
Así que hijo mío, ellas nos sonríen antes de que nosotros podamos abrir los ojos, nos aman antes de tener un corazón, nos abrazan antes de poder extender nuestros brazos, nos cuidan antes de poder valernos por nosotros mismos y después de dar el último suspiro de vida.
Siendo tan delicadas, frágiles, hermosas, desde un principio y hasta el final te preguntaras ¿que podemos hacer por una mujer?
Amarlas como ellas a nosotros, hacerlas sentirse la mujer mas hermosa del mundo, por que lo son, cuidarlas, escucharlas, comprenderlas aunque nos salgan canas verdes y tengamos que aprender chino, japonés, ruso y por que no, tailandés, ser pacientes, aún cuando eso implique llevarlas de compras, complacerlas, consentirlas, siempre ver por su felicidad, besarlas, abrazarlas y si esto fuera suficiente seria como querer apagar el sol con un granito de arena.
Habrá veces en las que parezca que pierden el interés por nosotros pero en realidad es que se sienten solas y en este momento tú mejor que nadie sabes a que me refiero con soledad. Hijo mío, en este mundo hay mujeres como estrellas en el cielo, cada una tan diferente como la anterior; sonrientes y melosas como también serias y frías, pero recuerda que sean como sean en esencia son mujeres que por mas fuertes que parezcan físicamente son frágiles y con esto no me refiero a que no puedan valerse por ellas mismas o a que necesiten de nosotros puesto que día a día nos enseñan que la fortaleza que se les ha dado reside en sus almas, sino que simplemente que sean como sean nuestro papel de hombre al amarlas más que con todo nuestro corazón nunca termina. No lo olvides.-
Me despeino todo y regrese a mi cuarto sin comprender en ese momento todo aquello que me dijo.
Esa noche en mi habitación pensando en todo aquello dicho hace horas por mi padre y mi exnovia comprendí que solo buscaba mi felicidad al abrazarla y no la suya, buscaba mi placer al besarla y no su amor y me sentí mas pequeño que la partícula mas pequeña de alguien egoísta, ya que a ningún animal le gustaría estar en mis zapatos. Me sentía desesperado por ir a contarle lo que mi padre me había dicho y como había menospreciado su sabiduría, experiencia y madurez. Al día siguiente llegué una hora más temprano a la escuela para recibirla en la entrada, pero no la encontré. Fui a el salón donde tenia clase de literatura y sin importarme nada le pedí al maestro que la dejara salir un momento, ella salió de mala gana, pero eso no me importó por que al final la haría feliz, le pedí que al final de su clase nos viéramos para hablar a lo que ella dijo –no hay nada de que hablar- y sin pensar la tome de los brazos, la mire a los ojos y se lo pedí de nuevo, solo me dijo -esta bien- y se fue a clase.
La esperé fuera de su aula y sentí que una hora de clase duraba años a la espera de mi mujer. Cuando por fin salió nos quedamos en ese lugar rodeado por árboles que escucharon atentamente. Le hable de todo aquello que había aprendido el día anterior y le ofrecí disculpas por mi egoísmo y le hice saber mi deseo de remendar las cosas y hacerla tan feliz. Se quedo inmóvil por un momento, cerro los ojos lentamente y llorando me dijo que la había lastimado mucho sin darme cuenta, que fue lo peor y por esa razón era mejor no volver a ser novios, la abracé y lo ultimo que le dije en esa ocasión fue lo mucho que me dolía haber comprendido todo esto demasiado tarde, seque sus lagrimas y la bese por ultima vez.
En ese momento no comprendía muchas cosas que mi padre había dicho pero de todos modos ya era tarde aunque agradezco aquel mal día que nunca olvidaré. Me hubiera gustado escribir que ella cambió de opinión al día siguiente, pero no lo hizo.
Mas tarde habiendo terminado mi carrera conocí a una mujer que me hacia recordar a alguien aunque no le di mucha importancia, era muy hermosa y en sus ojos veía aquella experiencia de la que mi padre me había hablado hace años, pero también descubrí que si observaba bien sus ojos encontraría un alma fuerte y llena de amor que solo una mujer puede poseer. No sabia como pero tenía que saber su nombre así que allí en la sala del hospital donde yo trabajaba y donde ella había ido a esperar los resultados de unos exámenes de laboratorio la invite a tomar un café en el mismo hospital y ella aceptó, se veía un poco preocupada y trate de tranquilizarla, tras hablar por algunas horas note que había algo en ella que notaba familiar y de cierto modo acogedor, tanto que ni siquiera le había preguntado su nombre pero no me importaba pues con solo ver sus ojos olvidaba hasta el mío.
-y para todo esto, ¿como te llamas?- me dijo,
-mi nombre es Salvador-
-¿Chava?!- grito ella y en ese momento comprendí el por que de sentirme de esa manera tan inexplicable al mirarla -¿Jessi?- no lo podía creer era ella y era hermosa.
Me hubiera gustado escribir que ella cambió de opinión al día siguiente, no lo hizo pero ahora comprendo que era un camino que los dos teníamos que recorrer hasta encontrarnos el día de hoy y hasta entonces comprendí que razón tenia mi padre al decir que me haría el hombre mas feliz no sobre la faz de la tierra sino sobre el universo al decir simplemente –acepto-.
Ahora pienso, ¿Que podemos hacer por una mujer?
Lo se, todo no basta!

Texto agregado el 13-02-2007, y leído por 276 visitantes. (9 votos)


Lectores Opinan
26-11-2007 Bella forma del expresar la vida de una mujer, y pues somos unos tontos al batearlas cuando ellas nos demuestran su amor con una sola mirada. Por eso a todos aquellos enamorados de una mujer excepcional no la hagan sentir mal. Como yo lo hice un día, ahora trato de comprender lo que acabo de leer,gracias pór brindarnos este tipo de reflexión a todos los hombres que hemos lastimado a una mujer. mis **********para ti. kawaru
28-03-2007 Es una excelente lectura y lo que dices en ella es verdad pues hay ocasiones en que nos sentimos lastimadas por ustedes y unque a veces no se los digamos pues a veces preferimos callar a lastimarlos y la verdad solo queremos que ustedes sean feliz. FELICIDADES!!! Jose Roberto. Virile
28-03-2007 Es una excelente lectura y lo que dices en ella es verdad pues hay ocasiones en que nos sentimos lastimadas por ustedes y unque a veces no se los digamos pues a veces preferimos callar a lastimarlos y la verdad solo queremos que ustedes sean feliz. FELICIDADES!!! Jose Roberto. Virile
25-02-2007 Muy buena historia, pienso que todos somos complicados en general, pero tu texto no, y me gustó mucho todo en el***** gfdsa_elisa
20-02-2007 Muy lindo texto porque lo principal es leer el contenido y lo que dice no los errores de redaccion como dijo ergozsoft y bueno esa es mi manera de pensar 5* saludos Fa Fachita
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