CON MANITOS DE HOJALDRE


Dedicado con mucho cariño a mi fiel amigo, Raúl Lácum.


Con manitos de hojaldre
yo dibujé un paisaje
de ilusión y de ensueño
cuando apenas mis dedos,
-censores de lo cruel-
sostenían el pincel.

Evaluando mi crianza,
dibujé la esperanza,
tachando los rencores
del mundo de los hombres
que los ojos de un niño
se niegan haber visto.

Fantaseando un secreto,
puse color de cielo
a las sombras y al humo
que vedaban el rumbo,
y en el espacio hermoso
pinté el sol como el rostro
del mortal que se yergue
con amor fehaciente.

Obviando los horrores,
el río que siempre corre
también quise pintar,
mas, no pude evitar
el surco del dolor,
sus trazos y el color
chorrearon como llanto
impregnado en mis manos,
cayendo desde el cielo
purpureado y espeso.

Y fue como una lanza
que surgió en lontananza,
como un yerro caliente
que rozara mi frente,
marcando mi divisa
y alertando mi vida.

Y se pintó el camino
del dolor y el peligro;
mis manitos de hojaldre
dibujaron la sangre
derramada sin paz
que ahoga la verdad.

Y un desconcierto inmenso
se ha posado en mi lienzo,
que delineó las penas.
Y una nostalgia eterna
con pintura de calma
se ha pintado en mi alma,
y en silencio y sin prisa
me inventó la sonrisa.


Mila