Capilla ardiente
te convierto catedral
echada nuestra fe al destino,
abdico de inventariarte santuario
de entierros precipitados,
de cuerpos presentes
Te nombro catedral
unjo tu cenit
con el óleo más loco
Catedral:
te dejaré una plaga de palomas
los mercenarios contritos
la indigencia
los fluidos untados en tus rincones
tus muros bajos expuestos
a los sudores profanos
tu majestad solitaria
a cambio:
eventuales oraciones
esporádicas rodillas en sangraza
fetiches
y un patronato
Te convierto catedral
mausoleo
monolito
sepulcro
—Si, acepto —
Texto agregado el 12-02-2007, y leído por 140
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Lectores Opinan
20-02-2007
Son tan frias las catedrales......pero genial tu forma de escribir el matrimonio. Un Beso. mhelena