Él
Es una hamaca fluorescente,
Una dona contráctil
Un molúsculo de médula,
Un colapso de labios en roció.
Él
Es el paradigma del delirio,
La sanidad de la manía,
La inhalación del deseo,
La deglución natal
Y Mortal de mi yo etéreo.
Él
Es la asfixia misma,
El aire que entrecorta las venas,
El punzante reflujo anestésico,
Mi fugaz sofoco afrodisíaco.
Él
Es la hipótesis de un espejismo,
La antítesis de lo inverosímil,
El salmo de una religión
Y el edén plausible de un infierno vacío.
Él
Es la pupila de un cíclope,
Las orejas chatas de un elfo,
Las trenzas de una quimera,
El zumo de un precipitado de besos
Y el oasis disimulado de los miedos.
Él
Es
El monte
Del olimpo
Aunque tal vez
Sea un complejo de espejismos,
Una alucinación,
Una onda contráctil del sueño,
Una aberración maniática a la locura,
Un escondite,
Un plexo nervioso de mi axila,
Una cadena de ácidos nucleicos,
Un nirvana hecho carne,
Un terremoto en mi aorta
O un cocido de suspiros.
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