Mientras de sus ojos manaban grandes lágrimas, su alma se debatía en una zozobra y tristeza infinitas. Su alma había sido desgarrada con la fuerza del rayo que troncha los árboles de los bosques y las selvas durante las borrascas. Sus grandes ilusiones para con la humanidad se convirtieron en simples hojas muertas al ser expuestas al huracán de la naturaleza humana. Pero todo ese dolor provenía de su amor por los seres humanos; por que el era Quetzalcoatl -el dios bienhechor de todos los pueblos de este mundo- y había amado mucho a la humanidad… quizás demasiado. Si habia sido inmesurable su amor por la humanidad, tan grande era que había bajado hasta el reino de los muertos y con los huesos divinos formó a los hombres, los acuno y los saco de la barbarie instruyéndoles pacientemente en el cultivo el grano que seria su alimento: el maíz.
Les enseño las artes de la literatura, la escultura, el tejido de fibras de algodón para que pudieran vestirse y el tejido de plumas para que lucieran refinadas obras de arte; les mostró la manera de hacer la alfarería, la escultura y además a construir ciudades bellas en piedra. eran tan asombrosas las obras de sus hijos que no le cabía en su pecho el orgullo paterno que sentia. Le regocijaba el pasearse por la hermosa ciudad de Tollan y observar lo paradisiaco de los jardines, escuchar el canto de innumerables aves de celestiales tonadas, el recorrer los campos donde se daban mazorcas tan grandes como nunca han sido vistos en todo el único mundo. Un día no hace mucho tiempo había decidido darle a la humanidad el mayor de los regalos que se les podría entregar: les mostraría el arte de los metales. No lo habia hecho antes por que le era muy conocido que el poder del conocimiento en las artes metalúrgicas era algo que debía ser usado con sabiduría, y deseaba conocer el grado en que habian asimilado los seres humanos las ensenanzas y la espiritualidad que habia intendo transmitirles. El sabia bien que con metales se construyen herramientas de trabajo que aliviarían la pesada carga de la humanidad, pero también armas que podrían causar verdaderas hecatombes, las cuales regarían de sangre todas las fértiles tierras de este hermoso mundo.
Pero su sueno de entregar a la humanidad el don del manejo de los metales fue destruido cuando vio que los hombres adoraban las artes de Tezcatlipoca y se habían vuelto soberbios, vanidosos, y sobre todo llenos de sed de sangre. Todo ello llevó a cruentas guerras y los hombres comenzaron a adorar a los dioses con sacrificios humanos. Los hombres no sentían el menor respeto por las enseñanzas que el tan amorosamente les dado, ni siquiera tenían ya la humildad para aprender .Sus intentos por devolver la razón y el buen juicio a la humanidad fueron todos una cascada de amargos fracasos.
Una noche después de presenciar los grandes bacanales de sangre en que se sumían los hombres se le subieron los colores al rostro y sin poder contenerse los reprendió fuertemente; como respuesta ellos le expulsaron de la hermosa Tollan, pero no contentos con ello y aumentando sus pecados le causaron toda clase de escarnios y anatemas.
Esa misma noche salio de Tollan con las más grandes de las furias y desilusiones que hubiera sentido. Al andar vagando sus sentimientos iniciales se transformaron en una infinita tristeza mientras que sin fuerzas para evitarlo de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas.Las lagrimas de un padre que lloraba los hijos perdidos.
Caminado llego hasta las orillas del mar de las turquesas y se sentó sobre unas rocas largo tiempo a contemplar extasiado la belleza del mar oriental, el cual se extendía a sus pies.
Una bandada de pájaros de diferentes colores volaban en círculos sobre aquel placido lugar en que descansaba de su larga jornada y se permitía desahogar con gran estrépito su pena. Sus lagrimas amainaron y entonces pudo ver el colorido espectáculo que era aquella parvada multicolor. El brillo de hermosas plumas eran reflejos de policromados de sol. Entre la parvada de aves se distinguían rojas guacamayas, verdes loros, preciosos quetzales, negros tucanes, grises tecolotes, y se alcanzaban a divisar algunas garzas con su sobrio plumaje blanco. Aquel bellísimo espectáculo calmó un poco su gran pena y pudo volver a serenarse.
Alzo su voz y las aves dócilmente se sometieron a su mandato posándose sobre la tierra a su alrededor. Y entonces comenzó a relatar de desgracia y su profunda desilusión, las aves le dieron el consuelo que anhelaba y comprendieron su profunda amargura. De pronto el tecolote canto unas palabras que mucho de verdad llevaban en su mensaje, el cual decia: has notado serpiente emplumada que la humanidad nunca agradece al manso perro xoloizcuintle cuando este da su vida por alimentarles, sino idolatran la fiereza y maldad de coyote que les roba su sangre?. De la misma manera en que nunca siguen la sabiduría de la serpiente, aunque las serpientes son sabias al igual que tu, sino que se dslumbran y adulan la rapacidad del águila. Entonces serpiente emplumada dime que sabiduria puedes esperar se esos seres? Ya los dioses crearon en epocas pasadas a la humanidad utilizando diferentes materiales para ello y en epocas de soles anteriores tambien los seres humanos fueron soberbios e idolatras de Tezcatlipoca, y por el bien de este mundo maravilloso debieron ser esos seres desaparecidos.. ya lo olvidaste?”
Sin poder oponer ningún argumento a esa verdad avasalladora que habia corroborado con los hechos perpetrados por la humanidad tuvo que conceder que nada podia hacerse por los hombres y debian ser castigados, aun borrados de la tierra y hacer renacer una humanidad nueva como habia pasado en los soles anteriores, pero algo en su interior -quizas ese amor por la humanidad que aun no moria- le impedian condenar tajantemente los pecados de la humanidad.

" si es cierto, pero tambien es cierto que un padre debe perdonar a sus hijos, no sin antes reprenderlos.. solo que aun no se que es lo mejor para castigar a la humanidad!... Sera preciso que tu tecolote, ave nocturna que velas el sueno y atestiguas las malas acciones de los seres humanos, divulgues con tu canto que me fui a una tierra roja de mayor sabiduria .. pero que volvere con la decision sobre los seres humanos"
Se levanto y ordeno que varias serpientes se reuniran con el y con ellas construyo una balsa, entonces se preparo para hacerse a la mar.
Se dirigió a aquellos animales que eran su única compañía con tristes palabras que develaban una resignación a un destino cruel. “Ahora mis queridos compañeros, debo partir a buscar una lugar de tierra roja donde existe sabiduría mayor que me ayude a perdonar a la humanidad y reflexionar sobre el destino de la raza humana. Me voy, pero ustedes queridos compañeros cantaran por el mundo que algún día volveré y que entonces serán juzgados los actos de la humanidad”.
Dicho lo anterior se embarco en la balsa que las serpientes habían formado con sus cuerpos hacia la inmensidad el mar oriental, el mar de las turquesas que resplandecía con los hermosos tonos azules de sus aguas mientras que el cielo se adornaba de los tonos rojizos y amarillos del amanecer. Una enorme pira de fuego sagrado que fue vertido desde el mismo cielo consumió la balsa formada de serpientes y con ello a su pasajero el dios serpiente emplumada.

Quetzalcoatl el dios bienhechor de todos los pueblos de este mundo, el que amo mucho a la humanidad y que ahora ascendía al cielo con la desilusión de saber que el ser humano no aprendía con la delicadeza de la pluma sino con el dolor de la garra, se fue perdiendo con la luz del atardecer, y con la llegada de la noche se esparcio lenta pero inexorablemente el temor al regreso del dios serpiente emplumada que debia reprender a los seres que tanto habia amado.
y desde entonces aquellas palabras que los tecolotes ululan son el recordatorio para todo habitante del unico mundo de las lagrimas de la serpiente emplumada; Las lagrimas de la serpiente que serian el sello el amargo del destino de los seres humanos.