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Inicio / Cuenteros Locales / mi_mundo_paralelo_y_yo / El pelo y la barba

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Le decían bruja por tener un enorme pelo en una esquinita de la barbilla. Nadie se explicaba que una niña de nueve años tuviera semejante cosa y encima de ese tamaño. Sobre todo se extrañaban de que ese pelo permaneciera allí, las personas que pensaban que en los tiempos que corren, donde se depilan hombres y mujeres cada parte de su cuerpo, era absurdo dejar que un solo pelo modificara ostensiblemente la vida de una persona cuyo futuro aún estaba por hacer.

El caso es que a Teresita le encantaba su pelo y os diré por qué. Era tan largo que no hacía falta buscarlo en un espejo para contemplarlo pues él solo se asomaba, saleroso, con un golpe de viento. Al ser uno sólo, no era necesario peinarlo. El pelo le anunciaba a la niña de donde venía el viento y esto resultaba muy beneficioso en invierno, sobre todo para ponerse el gorro de lana del lado contrario con el fin de que no saliera volando. El pelo se encogía si alguna de las personas que pasaba cerca no era del agrado de la niña, por el contrario, se estiraba a más no poder si el transeúnte de turno era una persona agradable.

Teresita había oído hasta la saciedad decir a su madre que un día, cogería las pinzas de depilar y se lo quitaría mientras durmiera. Es por ello, que había instalado todo un dispositivo de hilos, chapas y alambres por el pasillo de casa y su propia habitación para detectar la presencia de alguien extraño. En absoluto le importaba a la niña el que le llamasen “bruja”. Ella lo consideraba algo emocionante, singular e incluso interesante de cara al futuro pues había leído en un libro de fábulas, que las brujas desgravaban en Hacienda. Ahora su mayor preocupación era pensar qué nombre se pondría cuando se hiciera bruja del todo. Pensaba que éstas, aparte del nombre de nacimiento, debían tener otro más…artístico por así decirlo. ¿Mefístenes? Sonaba misterioso por la cantidad de –s que lo contenían, ¿Andrina? No, sonaba a triángulo, ¡Trispirina! Eso es, era el nombre perfecto, aquel que lo escuchara, sin duda pensaría en que además de ser bruja, tenía dotes sanatorias.

Pero el mayor problema que la niña iba a tener en esos días, no sería, sin duda, el de buscarse un nombre. Un día, cuando caminaba por una calle cercana a la de su casa, Teresita notó un tirón en la barbilla, -¡ay!- Luego otro aún más fuerte -¡pero bueno! ¿qué es esto?- Otro tirón más y la pequeña estaba literalmente sumergida en una rizada (y desconocida) barba. ¡No entendía nada!

-Chiquilla, ¿qué haces ahí dentro? ¿te importaría salir de entre mi barba? No acostumbro a invitar a pasar a desconocidos- Dijo un joven entre carcajadas. Cuando ambos consiguieron separarse no sin mucho esfuerzo y se tuvieron el uno frente al otro, la niña vio a un joven de unos veinte años, con una sonrisa preciosa, ojos francos y una poblada barba entre castaña y pelirroja. Era una barba con personalidad. Creo que no sólo le gustó a Teresita pues el pelo de su barbilla giraba descontroladamente desde allí. La niña, muerta de vergüenza, lo tapó con una mano hasta que el chico le dijo que no tenía de qué preocuparse pues ya había oído hablar, en el barrio, de él.

-¿Es cierto que el pelo te avisa de las tormentas?- dijo atónito, -eh…sí-. Así pasó más de media hora de conversación en la que la niña y el joven trabaron una incipiente amistad. Sin embargo, algo preocupaba a la niña y era que el pelo no había dejado de moverse ni un segundo, era la 1ª vez que aquello ocurría y, lo que es peor, ¡la barba del chico tampoco había dejado de hacerlo! Por suerte él no pareció notarlo. Teresita temía que lo de su pelo fuera algo contagioso y ahora el muchacho no pudiera llevar una vida normal.

Más o menos así fue. Días más tarde, la niña abría la puerta para encontrar del otro lado chico, que le miraba preocupado, -mi barba ha encogido, desde hace días no crece, necesito que me ayudes, creo que puede estar relacionado con tu pelo-.

No sabéis lo sorprendente que resultó que mientras hablaba, la barba empezase a ir hacía delante y hacía atrás como una loca. Teresita estalló en carcajadas pues, después de su pelo, era lo más divertido que había contemplado.

Esa tarde, la pasaron haciendo pruebas en las que pudieron comprobar que en cuanto separaban al pelo de la niña de la barba del chico, ambos actuaban de manera similar, uno se quedaba decaído, hacia abajo y la otra se encogía como no queriendo ver el mundo y sentir la brisa de la que antaño tanto disfrutaba. Llegada la noche, llegaron a la conclusión de que algo especial había ocurrido en ese primer encuentro, algo que se les escapaba. Decidieron así, que se verían tres días en semana, lunes, jueves y domingos, irían al parque, a una cafetería, a cualquier lado con tal de que el pelo y la barba pudieran estar juntos, que era lo que parecían desear.

Puedo asegurarles que, desde entonces, nadie ha visto a un pelo más orgulloso y enhiesto ni una barba más bien colocada y con mejor color. Y es que los pelos, como las flores, también se enamoran.




A tu barba.

Texto agregado el 11-02-2007, y leído por 1338 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
20-04-2007 Jaajaja... este también está bien raro... que chévere... muy divertido! me imagino a la niñita muy cómica gabygaby
15-03-2007 Lo que de las brujas desgravan a hacienda... qué bueno! Como barboso que soy, admito que me he emocionao... Eso sí, espero que si mi barba se enamora alguna vez sea de un pelo -o varios- cuyo propietario sea una linda moza. Que, con la suerte que tengo, a buen seguro me toca recio marinero con aficiones rectales. Y no, eh! Chulo tu cuento, compañera de zodíaco! moebiux
09-03-2007 nanananaaaaa....un cuento como tú, sorprendente, tierno y chispeante, pero ese final...ay no podes ser tan genia!! piq piq gaviotapatagonica
20-02-2007 !!Oh, que bonita historia peluda¡¡ Espero que la prole no salga barbilampiña. +++++saludos antoniana
18-02-2007 Niña nuevamente me haz enganchado con tus historias. Dejaré de usar mi afeitadora, creo que todo este tiempo he acallado el amor. SAludos y felicitaciones, una historia narrada impecablemente. ;) woody
18-02-2007 jeje, nos tomas el pelo? No tienes pelos en la lengua. Ni un pelo de tonta... Abajo los calvos y los depilaos... Me voy que me falta un pelo pa la hora de comer... nomecreona
16-02-2007 Muy original la idea, me atrajo y mantuvo espectante. Quizás faltó un poco más de elaboración en el contenido y en la parte final. Saludos. andes
12-02-2007 Que simpático ese pelo/antena enamorado. Me encanta tu cuento! loretopaz
11-02-2007 Qué ingenio; lindo, lindo. escolastica
11-02-2007 Dichosos pelos... Luego uno se los encuentra por todas partes, ¡Y mira de dónde salen! Ejejejejeje, me encantó, niña. Es más, me ha puesto los pelos de punta ;-) diekrankeKraken
11-02-2007 Que cuento precioso!!!! realmente encantador. Me hizo recordar los cuentos de mi niñez. Es divino y te lo digo de todo corazón. Besos y estrellas. Magda gmmagdalena
11-02-2007 Original, gracioso, tierno. Harás que todos las niñas quieran tener un pelo en la barbilla. Se te dan muy bien este tipo de cuentos. sophie
11-02-2007 tendrías que compilar tus cuentos, y comenzar a pensar en un libro para niños no tan niños... tu creatividad nunca deja de sorprenderme... PAYASA!!! der_panther
11-02-2007 oHHH...te felicito, es un cuento mu mu bonito!en serio! marta1389
11-02-2007 es un cuento muy hermosos y de una gran originalidad tecclas
 
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