Cuando quedan 2 minutos para el final del partido la defensa se adelanta en una actitud de ofensiva, el mediocampo se estira y se contrae entre los pies de los jugadores en diástoles y sístoles que bombean el balón a la delantera donde la nueva adquisición del cuadro nacional promete definir con precisión.
Severas lesiones cervicales después del accidente se suman a la avanzada edad. El paciente sobrevive dentro de un estrecho margen, debido tal vez a una energía enorme, buena disposición y, en fin, estados puramente instintivos de supervivencia. Su corazón se mantiene de modo inexplicable. Diagnostico de extrema gravedad: mantener en constante observación.
El volante izquierdo se descuelga con gracia y gran velocidad. Abre la cancha (alegría inmensa del público congregado en el estadio nacional) y centra de modo que en cuestión de segundos el delantero estrella se hará del balón en inmejorable posición.
La ciudad vibra en el instante previo. Parece intuir (terror inmenso de los transeúntes) lo que está a punto de suceder. Los televisores en las estanterías repiten en un coro sin dirección las novedades del ataque. El sonido de alarma de evacuación desplaza sombras hacia los refugios, sombras grandes y pequeñas, sombras mujeres y niños, sombras mendigos.
El abuelo en un esfuerzo sobrehumano, parece reunir toda su energía para pronunciar el que podría ser el discurso definitivo. Con un dedo (tristeza inmensa de la familia) le pide a la abuela que se acerque: "Marta -dice con voz tenue como el sol de mayo- te amo. ¿sabes que me estoy muriendo?"
El delantero se desliza frente al arquero con un arte digno de ser fotografiado cuadro a cuadro, es una exposición de armonía cuando se detiene ante el portero preparando el pie. Una gracia sin fin, y la sombra cae deslizándose en un paisaje deshabitado y aterido, el misil se clava como una estaca en el corazón de la ciudad. Entonces, la línea se hace contínua, su corazón no ha resistido. A la llegada de las enfermeras no hay mucho que hacer más que firmar el acta.
(No tema, los refugios están cerca)
Entonces el balón estira la red y cae,
y usted, por supuesto, muere.
|