"Vivir la vida para nadie es fácil. Generalmente quienes así lo sostienen pagan cuotas muy altas y caras para demostrar a los demás que están bien. Cada persona por más que pudiera encontrarse en una situación ultra privilegiada cuenta con dificultades por resolver; áreas de su vida en las cuales trabajar; necesidades de otros que ayudar a resolver; un vacío e insatisfacción interior por conquistar o salvar...En fin, ante esto debemos dar gracias a Dios que nos ha hecho a todos iguales, con: carencias y fortalezas. Sería injusto que existiera gente con "todo" (nivel perfecto absoluto) y que los demás sufriéramos frente a ello. Así que, vivir la vida con tranquilidad, espontaneidad, creatividad, amor y diligencia, nos ahorra todo lo que mantener máscaras y apariencias presupone. Ser uno mismo es ser consciente de las propias debilidades (para autosuperarse) y las capacidades (para seguir adelante). Por supuesto, sólo la Deidad es perfecta. Es bueno hoy, pues, despojarnos de aquellas cargas pesadas que no nos hacen mejores personas (aunque lo creamos)."