Cuando era niño, mi familia era muy pobre, nunca ninguno hubiera imaginado q yo iba terminar escribiendo tan rápido en computador. Una vez el abuelo junto todos sus ahorros para comprar un patito; un patito para comer en navidad, siempre comíamos arroz con Pato en navidad. El resto del año nos alimentábamos a base de arroz y palomas, gorriones y canarios q cazaba el abuelo.
Esa misma tarde mientras mis hermanos hacían los deberes, me fui a jugar con el patito y de inmediato me molesto q este pobre animal tenga q estar metido en fuenton pisando pisando su propia comida, asi q fui al galpón del abuelo y lo puse en la jaulita como corresponde.
Por unos días nadie se acordó del patito y cuando lo fueron a buscar se encontraron con un pato q apenas entraba en la jaulita, es q la jaulita en realidad era la tramperita q el abuelo usaba para cazar los canarios y gorriones q comíamos con el arroz.
Ahora, la cuestión es q el pato creció y no puede salir de la tramperita. La tramperita es útil para q todos podamos carne comer y por tanto no la podemos romper; así que ahora: Dilema! Si no le permitimos al pato salir, este morirá con un escaso tamaño q tampoco servirá como comida en navidad. Podemos romper la tramperita y dejarlo salir, pero no queremos romper lo q nos permite durante todo el año vivir. Entonces, no queremos matar al pequeño Pato ni romper la tramperita: ¿Qué hacemos? ¡Éste es el problema! El Pato y el lector están en la trampa. Puedes romper la trampa, pero te quedas sin herramienta para tu subsistencia. Puedes dejar morir el Pato dentro de la trama; pero tampoco podrás disfrutar la lectura.
Entonces: ¡Q hacemos?! Éste es el micro relato. Este es el lenguaje en el siempre nos movemos.