No intentemos acabar con la paupérrima vida que llevan día a día seres humanos en los muchos países africanos, sin antes acabar con la dura supervivencia en barrios marginales de la Comunidad de Madrid.

No intentemos acabar guerras cuando hoy en familias de apenas catorce miembros no te hablas con alguno de ellos por motivos insignificantes que han hecho una frontera en la convivencia familiar.

No intentemos eliminar aquellos regímenes políticos antidemócratas cuando hoy, en determinados trabajos, instituciones educativas e incluso en familias, miembros de cualquier sexo y edad sufren discriminaciones. Maltratos físicos y psíquicos. Acosos.

Para cambiar el mundo, primero hay que cambiar nuestro país, para ello, nuestra ciudad ha de ser cambiada antes, nuestro entorno laboral, familiar e incluso nuestra propia persona.

No podemos permitir que este año, sean ya cuarentaitantas mujeres las que sufren palizas por parte de su pareja, marido o novio. Que haya tantas familias, donde un niño llore todas las noches, por las patadas que le ha dado su papa, las quemaduras de cigarro que ha recibido esa tarde por haber sido “malo”. Eso es una guerra, un régimen dictatorial por el cual hay que comenzar hoy mismo a erradicar, ¿Quiénes? Nosotros los primeros. Tú y sobretodo YO.