Entré corriendo al salón y me paré frente a la mesa con terrible sentimiento de culpa.
__ ¡Gimenez! ¿Puede saberse en dónde estaba?__ Preguntó el anfitrión desde la cabecera de la mesa__ Lo estamos esperando desde hace casi una hora.
Sin decir una palabra me desnudé frente a los comensales, subí a la mesa, me acosté en medio de ella tan largo como pude y cerré los ojos tratando de no pensar.
__ Señoras y señores... Bon apetit!__Dijo el anfitrión.
Texto agregado el 10-02-2007, y leído por 422
visitantes. (10 votos)