Escucha.
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(Por lo tanto calla, al callar pareciera inexistente
… no hace más, otra cosa, que reconocer y permitir otras existencias y sus posibles manifestaciones.)
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El secreto de una vida, de un modo de vida, se halla en su muerte. El desvanecimiento en la nada – (el justificado temor) – es sólo una de las posibilidades. Otra es, mediante aplicación de existencial sabiduría, lograr obtener en el momento de la muerte el estado de duende.
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Fíjate bien, queridísimo y escéptico lector, que hablo de “estado de” y no de “estatus de”… es en ello, ojo, y lee bien y profundamente, en lo que consiste la grandísima diferencia.
(El estatus es una adquisición extrínseca (y por lo tanto dependiente), no un alcance intrínseco, independiente de las circunstancias externas, ¿Existes o no existes? Si existes no hay fuerza externa que te pueda hacer existir, ya que existes. Y si existes es únicamente a eso a lo que debes atenerte… todo estatus es una falsedad que sólo sirve para mantener la falsedad de un sistema. Porque existes debes negar las condiciones de un sistema – más bien anularte en el sistema, sencillamente no aplicas para ti las condiciones, no es que luchas contra el sistema, simplemente no lo aplicas en ti, pero aplicas tu existencia a pesar del sistema - y solo así puedes saborear las posibilidades de los alcances internos y alcanzar después de muerto el estado que hayas podido alcanzar.)
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