Me miras de arriba a abajo, de un lado al otro... Me quieres sólo para ti.
Noto se dilatan tus pupilas y me clavas la mirada como para desnudarme de pronto, me tomas entre tus pequeñas manos y cuando estás sobre mí, lo sé de cierto, no puedes negarlo aunque no digas palabra alguna, se te antoja por más que sepas el pecado que te significo.
Yo no puedo resistirme, tu deseo es más poderoso que mis fuerzas, quieres morderme y yo que me muerdas, quieres y se nota, tenerme dentro tuyo, invadiéndote toda y poco a poco de adrenalina cuando devores un poco de mí, mientras me contagias de tu antojo de hacerme lo que quieras con tu lengua o dientes, y me derrito de sólo pensarlo.
Me resisto sólo un poco al principio, pero cedo ante tus embates, me tienes a tu antojo condicionado, cautivo inmóvil. Es tu boca el abismo donde deseo perderme mientras me desnudas, ahora sólo resta que tu saliva me diluya dentro de tu ser hasta hacerme indispensable, y recojas después de nuestro encuentro la envoltura que dejaste en el sofá del cuarto del televisor. Estoy atrapado y soy todo tuyo.
Atentamente: Tu chocolate favorito. ¬.¬!
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