la melodiosa
luz de la tarde en Túnez
un fluvial _ Arracim el esclavo servía a la dama en la noche
sus enormes brazos
sujetaba
la bandeja
se mantenía inerte
el sonido del mar
entre los ojos negros
vestida
de
ceremoniales peces
de
rojo
Caldeos,
vibraba su vientre
blando y rajado
un casi_frenético ritmo
aun quedaba la noche
dejando atrás el ocre color del día
los cargados naranjos dulces
quietos
dormían en la fuente..
Arracim el esclavo dio un paso hacia a delante,
preguntando con sus grandes ojos..
“En Dios eres golosa?
¿Como Yo?
hierbes mis deseo
la dama responde,
su natural fragancia negra abrazo el recinto Pala ceno
cayendo una leve lluvia..
la camisa seda suave de la dama
se deslizo como hoja de otoño
el cuerpo negro de Arracim
rosaba
y rosaba los tiernos muslos de la Dama
en un juego de labios y espinas..
Juan-Poeta
Texto agregado el 09-02-2007, y leído por 284
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