Una mañana más de escuela, pensé al levantarme, bueno tal vez logre que Raúl pague mi desayuno, este pensamiento hizo que por fin lanzara las cobijas y me levantara, pero al lanzarlas olvide que había dejado mi pequeño radio encima de la cama...y con eso comprobé que era un mito lo del plástico indestructible.
Arranque el coche, me quedaba una hora de viaje hasta la ciudad universitaria, con el dorso de la mano limpie el empañado cristal y me arrrepenti inmediatamente de esta acción, ¡estaba helado! Inútilmente lanzaba aire caliente de la boca a la mano, pero fue un fracaso, por lo cual me senté en la mano para calentarla ....se me enfrió completamente la nalga derecha.
Un golpe en mi ventanilla, me saco de esa lucha térmica...Era Claudia...
--Buenos días Zam, me dijo mientras yo bajaba la ventanilla y esta operación hizo que entrara en el coche una corriente de aire helado, enfriandome lo único caliente que tenia yo...mi nariz.
¿Por que la gente dice buenos días?...cuando todavía es de madrugada, hace un frió infernal y mi nalga junto con mi mano está congelada..misterios de la vida, pensé..
Hola Claudia, fue lo que al fin conteste.
--¡Todavía no te vas?
Lógico si aquí estaba, es que no me había ido.
No, fue mi respuesta.
--¿Nos llevas a Angeles y a mi a Ciudad Universitaria?
¿Llevar a la pesada de Claudia? La ultima vez que se subió a mi coche, venció los resortes del asiento....piensa rápido...gritaba mi mente...un buen pretexto...algo..algo.....Si Claudia, claro que si, fue mi “genial” respuesta.
Ella se dio la vuelta y yo me estire en el asiento para abrir la portezuela, acción que produjo una perdida inmediata del escaso calor que habría yo logrado darle, a costa de una nalga totalmente helada en esos momentos.
Gracias, fue la respuesta a este movimiento, que expreso la persona que se sentó junto a mi, yo preferí no voltear, pensando en los pobres resortes, pero no, no hubo la inclinación esperada del coche, sin embargo al abrir la puerta trasera, el coche perdió todo su equilibrio y pensé, no sé por que, en el hundimiento del titanic, era Claudia que se subía en el asiento de atrás.
Entonces si voltee a ver a quien estaba junto a mi...ella se estaba acomodando el abrigo, que para mi suerte se abrió y dejo ver unas largas y estilizadas piernas, apenas cubiertas por una breve minifalda.
Claudia, le dije inmediatamente, no te subas atrás, hace mucho frió, te podría resfriar, pásate adelante y así aún que apretados vamos mas calientes.
Claudia sorprendía, pero contenta, se paso al asiento delantero, situación que propicio que las hermosas piernas, quedaran aún mas cerca de mi.
El viaje fue increíble, nunca pensé que fuera tan agradable, cambiar velocidades al coche.
La platica con Angeles era agradable, la temperatura de mi cuerpo entre otras cosas, era totalmente cálida, lamentablemente no había mucho trafico y llegamos demasiado rápido a la universidad.
Al dar la vuelta para entrar al circuito de la universidad, despertó Claudia, la niña había roncado todo el tiempo, pero juro que no me afecto.
Oye Angeles, ya me dijiste que estas de vacaciones, que eres prima de Claudia, que te recibes de odolontologa el próximo año, pero no me has dado el teléfono de tú casa en Durango.
--Yo te lo doy después Zam, no te preocupes, contestó Claudia todavía con voz ronca, ronquera producto de todo el tiempo que trajo abierta la boca.
Gracias Claudia fue mi respuesta, tratando de evitar que se notara mi molestia.
Angeles se acomodo nuevamente el abrigo y desapareció la hermosa vista, cosa que me afecto, pero me imagine a Angeles sin los ronquidos de Claudia y sin ese molesto abrigo...una sonrisa acudió a mi cara...al tiempo que me preguntaba..¿Como diablos se va uno a Durango?
Detuve el coche ante la facultad de arquitectura, Claudia se bajo rápidamente, Angeles, se inclino y me dio un suave beso en la mejilla......carajo...¿estará muy lejos Durango?
Tenia que verla hoy mismo...juro que estaba ....¡enamorado!
¿Angeles, paso por ustedes? Pregunté con desesperación...ella sonrió y juro que note en sus labios el ansiado si....
Pero fue la redonda cara de Claudia, que agachándose contestó....
-- No Zam gracias...vamos a ir a Insurgentes al salir, pues vamos a recoger el traje de novia de Angeles y ahí quedamos de vernos con mi futuro primo...
Me costo un dineral el asiento delantero vencido
me resfrié por la nalga helada y....
Nunca conocí Durango.
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