Quise pensar que tu nombre
era tan extraño que no logre memorizarlo
sin embargo desde el momento
en que pronunciaste el mió
aquellas letras del tuyo me parecieron sonoras.

Y no solo fue el sonido de tu nombre
el que me atrajo
fue tu intuición egoísta
de quererlo saber todo
fue el presentir absurdo
de una conversación que a veces perdía el sentido
fue la magia de tus palabras
en aquellos momentos en que la verdad
parecía una realidad incongruente.
fue la decepción profunda de aquella vez
que por ingenua me deje llevar por tu encanto.

Y sabes que más fue?

La absurda fantasía de pensar
que la inspiración de un poeta
podría ser algo mas que la simple caricia
de una enojo con la sociedad.

Que quizás podría ser la ilusión vaga
de aquella margarita que aun espera que un poeta la deshoje
para que por un momento
ella y solo ella se convirtiera en su motivo de inspiración.

LEDA