“NO SÉ QUÉ”…
jaH karLOS

Hace tanto tiempo que no escribo. La verdad, no sé por qué, tal vez, sea por pereza, estrés, escasez de ideas, falta de inspiración o, simplemente, porque aún no ataca mi “no sé qué”…

“No sé qué”, que me esclaviza y posee…
“No sé qué”, que domina mi cuerpo y mente y me obliga a escribir y a pensar como un demente.

Me gusta mi “no sé qué”, pues se presenta de improviso; cuando menos lo espero ¡ahí está! obligándome a coger el lápiz y la hoja para escribir y escribir…Este “no sé qué”, es sólo un momento, un instante, un pedacito de tiempo, en el cual, uno puede llegar a escribir unos cuantos renglones, unas cuantas hojas, incluso un libro…todo depende del ánimo de nuestro “no sé qué”.

Es mi “no sé qué” el que le da un valor y un sentido a mi vida…”No sé qué” que me incita a vivir y me hace existir…Le doy gracias a mi “no sé qué”, pues si no fuera por el, mi vida no tendría un para qué…

A mi “no sé qué” no le gusta mucho escribir textos breves, pues, tontamente, cree que mientras más extensos sean las composiciones más valor tendrán, es por eso, que siempre prefiere los textos prolijos, aunque no desprecia los textos cortos, ya que reconoce que muchas veces los textos cortos superan a los escritos extensos, como por ejemplo: “La Mendiga”, de Mario Benedetti y otros más..., pues dicen tanto con tas pocas palabras…

Mi “no sé qué”, aún no se materializa. Todavía no ha adoptado una forma definida, es más, creo que nunca lo hará, pues es muy mutante y variable. A veces es sol, otras es mar, otras: familia, vida, filosofía, naturaleza, gallina, hormiga,…otras veces eres tú…, es así de cambiante y tonto…Este “no sé qué” tampoco sabe ni entiende de jerarquías, a veces la inspiración proviene de seres importantes, otras de seres insignificantes, pero a el le da igual y, esto debido, a que importante o anodino igual me posee

Gracias a mi “no sé qué”, empecé mi búsqueda…Posteriormente, tuve que reflexionar sobre el valor que tenia mi voz en el coro…Hasta que sentí que el amor se acercaba…pero la gallina y mi locura hicieron de mi vida una tortura…

Mi “no sé qué” no se conforma, y ¡jamás se conformará!...es algo así como un banquero, pues siempre quiere más y más…, razón por la cual aún siente que este escrito es muy corto… ¡Maldita sea!...demore mucho…mi “no sé qué” a partido…ya no puedo hacer nada…la magia se ha ido…mi mano ha quedado paralítica…no hay marcha atrás…me ha abandonado… ¡Maldita sea!... ¡Maldita sea!...mi “no sé qué” me vuelve a dejar en libertad…he vuelto a quedar solo en este cuarto oscuro…¡Qué desgracia!...mi vida ya no tiene un porqué… Mi estupidez ríe, sabe que pronto se apoderará de mi existencia, siempre lo hace, cada vez que siente que mi “no sé qué” se aleja, pues teme enfrentarse a el… A mi estupidez, al igual que a mi “no sé qué”, también le gustan los textos largos, es por eso, que tendré que aumentarle a este escrito algo más…pero qué… ¡ah!... ¡ya sé!...

Esternocleidomastoideo…
Esternocleidomastoideo…
Esternocleidomastoideo…

Bueno, es suficiente, ya está algo extenso… ¿o no?...esta bien, pero sólo uno más…esternocleidomastoideo…

¿Qué hago?...Ahora es cuando la estupidez me aturde y posee…Bueno, por mi bien, es mejor dejar de escribir…lo mejor será esperar que mi “no sé qué” me vuelva a atacar y poseer…Así que, Juan Carlitos, por ahora,… ¡Ya basta de estupideces!...

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Bueno cuenteros, creo que todos los que aquí escribimos –para bien o para mal- tenemos nuestro “no sé qué” –algunos lo tienen materializados, otros aún muy difusos-… ¡Sí!... ese que nos posee, ese que nos quita el hambre y el sueño, ese que nos golpea para levantarnos de la cama y escribir, ese que nos obliga a llevar siempre un papel y un lápiz, pues no sabemos en que lugar, ni en que momento, pueda atacar…Es por eso, cuenteros, que siempre debemos estar alerta, pues no podemos desperdiciar ese instante, en el que, el “no sé qué”, ataca, ya que de el depende nuestra existencia.