Aquella vez vi al sol salir por una puerta. Aquella vez cuando el roció canto a los Árboles. Aquella vez, cuando el mar me miró a los ojos. Pues, nunca estuve tan cerca del viento como lo estoy ahora, y nunca tan cerca de la perfección como trate de estarlo. En ningún tiempo antes las nubes habían besado así mis pies, nunca antes....Y, Profundamente pernoctado en los pies del mundo husmeando las raíces de los árboles de lluvia, busco aquella conciliación que se nos fue arrebatada antes del tiempo. Así, Conspirando en contra de esta oscuridad, escuche caer como gotas los aromas del roció sobre la tierra, y, en su última sonata melodiosa hicieron bailar a los árboles, trillando con el idioma de la creación (aquí, un poco de lo que pude traducir):

...En la oscuridad, que te sirva mi consuelo;
Mis colores leopardinos
Mi aroma, que enamora vientos misántropos
Mi caída a la tierra
Mi salir por tu boca
El sueño que te dedico cuando estas conmigo
La gutación, la turgencia,
Xilemas y floemas
Alimentando al ser humano en cada exhalación
En cada conciliación con la naturaleza
Sintiendo al viento como humo que emana de tu piel
Bailando como ménades alrededor de la embriaguez del roció
Con la temperatura de la lluvia los árboles
Bailan en ésta,
mi última sonata,
-La última sonata del rocío-

Y comprendí aquí, el pacto perdido entre el hombre y el humano.