"Es natural que defendamos nuestras ideas, muchas de las cuales se han vuelto convicciones profundas de nuestra manera de pensar. Esto es algo normal; el problema se encuentra en aquellas convicciones personales que no nos han sido benéficas en la vida y que llevan muchos años en nuestros pensamientos; nos han hecho vivir mal y nos han puesto en conflicto innecesario con otras personas. Por ejemplo: Pensar y creer que únicamente nosotros podemos hacer las cosas bien; que nuestro estilo de vida debiera ser el modelo para otros; que podemos concebir a Dios como se nos ocurra; que unos nacen con estrella y otros estrellados; que todas las mujeres y los hombres son iguales;que todo saldrá mal inevitablemente; que no hay esperanza...y miles más de ideas que no producen fruto alguno, sino que nos ponen a vivir mal, en incertidumbre, desconfianza o prevención para con todo.
La mente, entonces, debemos cultivarla con experiencias y pensamientos constructivos, animosos, realistas, flexibles...que nos permitan ver que todo puede mejorar, que la creatividad nunca se agota y que el mundo mientras tanto no dejará de ser mundo: imperfecto.
No permitamos que convicciones erróneas nos motiven incluso a acabar con los que no están de acuerdo con nuestra manera de pensar ¿Acaso hay dos seres perfectamente iguales en la tierra como personas? ¿Cuáles son las convicciones que debemos revisar hoy para mejorar nuestra calidad de vida?"