Cuanto te creo

Te creo cuando me mirás a los ojos y con inocencia me decís “hacemos lo que quieras”. Te creo y me inundo de propuestas que crecen mientras te las cuento, que toman forma, con los deseos de los dos.

Te creo cuando te reís de mis problemas, cuando minimizas los detalles y cambias de tema.

Te creo cuando te lanzas a conquistar el mundo y dibujas un día entero el castillo que vas a construir, y le pones colores y plantas y te dibujas a dentro y a mí también.

Te creo cuando estas desolado y solo te dan ganas de dormir o de escaparte, o de dejar de ser quien resuelve los problemas por un minuto.

Te creo cuando salís a correr y sos la estrella, cuando volves transpirado y convencido de que la próxima carrera va a ser mejor, aunque esta fue perfecta.

Te creo cuando me haces el amor con ternura y calidez, cuando lo haces tempestuoso y ardiente, cuando sos un chico que se deja conducir, cuando sos un hombre y me enseñas.

Te creo cuando te dejas seducir por mis locuras y te creo cuando nos bañamos en tus fantasías.

Te creo cuando hace frío y estas de manga corta y cuando hace calor y te estrenás un polar nuevo.

Te creo cuando madrugás y cuando te dejás amodorrar por la mañana.

Te creo cuando querés cambiar el mundo y cuando te cansás de que el mundo quiera cambiarte.

Te creo de mal humor. Te creo en medio de una catarata de risas francas. Te creo brindando con Fernet con cola o con agua mineral.

Te creo rodeado de amigos, te creo solo con tu guitarra.

Te creo emprendeor, generoso y valiente.

Te creo, te creo siempre. Y ese es el secreto de mi amor, que no quiero convencerme, simplemente te creo.