No aprendí del pasado
siempre me volveré a ser
el hada roto.
La explosión es mía, me pertenece y permanece.
Se me bajan los humos,
enciendo las luces de casa…
…estoy sola
…nada ha cambiado…
…porque todo permanece.
Se me escapan de las manos
las viseras con aullidos muertos,
con aullidos vivos y refritos del corazón,
se han plasmado por todos lados
y terminan en el mismo lugar:
sin promesas, con dudas,
sin ilusiones, con decepción,
sin manos,
con sogas y púas.
Me ato nuevamente a la almohada,
asiento la cabeza y recuesto todos los sueños dulces
porque
aquel vacío barroco,
aquel vacío casi cruel,
…colapsal
…abstracto,
llega casi como un abrazo a sí mismo.
He vuelto a descubrir que la victoria
está donde no hay amor
…y que el tiempo no nos cambia…
sólo cambian los tiempos.