He dedicado gran parte de mi vida para este momento. Me entrené desde pequeño. Cuando estuve listo, el viaje comenzó. Fueron primero días, después meses y años. Lentamente comencé a crecer y olvidé de cierta manera a lo que me enfrentaba. Así fue como mi camino iba creciendo. Conocí muchos lugares, me aferré a personas. Estas me siguieron, porque en ese momento nuestros caminos coincidían. Todos teníamos nuestro propio ser que enfrentar. Así fue… lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Aprendimos de los otros al mismo tiempo les enseñamos lo que no sabían. Éramos casi una familia. Muchas cosas pasamos antes de llegar donde el camino se separaba. Había una senda para cada uno. Entonces nos miramos a los ojos, sonreímos como siempre, como si nada pasara y fuéramos a ir todos juntos al mismo lugar. Lentamente uno a uno tomamos nuestro camino y nunca me pareció tan triste una despedida. Y en mi senda por fin, encontré lo que buscaba. Era del porte de una montaña pequeña, pero nunca me pareció algo tan grande y tétrico. Era oscuro y tenia en la parte superior algo parecido a un ojo. Cada movimiento se sentia en la tierra, en el temblor del viento aterrado por la criatura. Y ahora me mira. Sabe que vine por el. Que no me voy a rendir hasta que su vida se extinga. Llegó el esperado momento. Siento que algo va a explotar dentro de mi. Me siento alegre, intranquilo, en fin vivo.


“...y te plantas frente a tu destino. Sabes que no tienes oportunidad. Pero no tienes miedo, sino valentía y emoción por luchar…”



Se que en este momento cada uno de nosotros enfrenta algo parecido, una pelea injusta, todos saben que morirá una parte de ellos en este lugar. Y ahora a unos segundos que se desate la pelea, ya no me importa el tener que enfrentar solo a la bestia. Al gigante. Así estaba escrito por el destino, para sentir lo que siento. El saber que no se puede luchar, pero de todas maneras lo vas a hacer. Para si lo logras, reír con ganas. Sentir que torciste la mano del destino, para perder el miedo. Saber que nada es imposible. Porque si al terminar la batalla salgo triunfante se que los otros también lo habrán hecho. ¡Luchen mis hermanos y hermanas! Que esto es lo que esperamos hace tanto. Enfrentar nuestros propios demonios. Cuantas noches soñando despiertos, creyendo que este dia no llegaría nunca y que estariamos juntos siempre.¡La victoria será nuestra! Entonces volveremos donde se separan los caminos, nos reuniremos una vez mas y todo será, por un corto tiempo, como antes. Después retomaremos caminos separados, pero siempre sabiendo que una parte de nosotros se quedó con el resto. Ahora la batalla comenzó, el destino y el gigante se lanzan sobre mi al mismo tiempo, pero sin saber siquiera ellos que es lo que buscan. Al igual que yo.



Inspirado en Fight the Giant. Dibujo creado por Poisondlo