Recuerdame,
cuando la tarde caiga
vacía por tu sonrisa,
cuando en la noche
el alma,
te sorprenda buscando
una sutil caricia.
Recuerdame,
en las alas
de un pajaro salvaje,
en las manos gastadas
de arañar tempestades.
Recuerdame,
en la copa de vino
que no alcance,
para ahogar los recuerdos
de tanto recordarme,
desolada
sombría,
solo dolor y carne
y estos huesos vacios
que sostienen,
un esqueleto inquieto
vocal, verbo y coraje.
Y recuerda
que el tiempo,
siempre tiene las llaves,
para abrir los caminos,
que llevan a encontrarse,
que los hilos delgados
que llevan a olvidarme,
seran los mismos hilos,
que te haran recordarme.
Recuerdame
-Que yo estare muy lejos
tratando de olvidarte-
|