Es bonito pensar que la palabra recuerdo, viene del latín re-cordis, que significa volver a pasar por el corazón.
Ahí estás tú. En el corazón de todos, habiéndonos dejado un recuerdo maravilloso. Por eso hoy, en vez de llorar, sonrío, por todo aquello que hemos vivido juntas, tantos momentos inolvidables, tantas conversaciones telefónicas, tantas cartas. No puedo llorar teniendo ese recuerdo tan fuerte, tan feliz, tan agradable, tan tuyo.
No puedo decir que te he perdido, no se pierde nunca a alguien querido, ni te pierde alguien que verdaderamente te ha amado. Félix lo llamó Dios, algo divino. Quedas en una parte del Señor que siempre está con nosotros. Yo lo llamo, recuerdo, memoria. Pero como llamarlo es lo de menos, lo importante es que cada uno guardaremos parte de ti, de tus consejos, de tu persona, de tu dulzura, de tu alegría…
Yaya, donde quiera que estés, se que estarás bien. Una mujer como tú se merece estar en algo tan bonito como pintan el cielo, donde estés, no olvides que te quiere y te recordará siempre,
Tu nieta, Marta.
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