De un lugar,
de donde el cielo
Solo es tocado por las manos de Dios.
De donde nacen las estrellas,
Ese lugar que detrás del manto
Un día el firmamento develo.
El brillo transparente que de tus ojos brota
Sin cansarse de mirar,
Mi corazón lo atravesó.
De ahí donde las estrellas caen,
Y mueren con grandeza,
Alumbrando con sus destellos,
.
Dejando estelas de ignominia,
Develando miedo en rededor.
Son luceros apagados, son tus ojos,
Los cuales hoy ya no miro,
Desde el día en que tú amor,
me dejo.
En ellos quede atrapado,
Muriendo por dentro,
Ahogado en lamentos,
Que solo en los oídos de Dios,
Se escuchan, como lamentos apagados.
Murmullos que encienden lujurias,
Que se apagan cuando te alejas,
Sin mirar atrás,
dejando estelas,
De ignominia, murmullos apagados
Ahogados en mi soledad.
Naufrago de amor, en el océano
De tú cuerpo ya no navego
Mi vela sin mástil, el rumbo ha perdido,
De un lugar del infinito
Solo Dios sabe en que lugar
Quede sin destino
Sin tú amor,
Sin tus labios,
Sin tus ojos,
Mi vida se ha quedado estancada
Sin saber en que lugar mi estrella
Lanzo sus últimos destellos
Llenos de ignominia, y vacíos por desconsuelo.
Autor, Javier Guillen
06-02-2007 |