(Sin previo aviso) Así es como murió por no saber prender el fuego, por oponerse al mandato del viento. Se dice que no supo dejar la casa abierta y que el perfume a naranjos no la despertó a tiempo. Cuentan que su nombre rodó como un ovillo que nunca tuvo veleta, agujas ni pasaportes. (Hay cosas que suceden, asì, sin haber pedido permiso) © Cristina Chaca
Texto agregado el 06-02-2007, y leído por 590 visitantes. (33 votos)