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Me quedé en el jardín esa mañana, mañana de sol, mañana de brisa suave que acariciaba mi cara...
Caminé por el jardín, era temprano, mis pies se hundían en el cesped, suave y verde, color de esperanza o de rocío que aún peinaba las hojitas de las flores que acariciaban las paredes color arena de la tapia.
Alcé mis ojos y pude ver el cielo despejado, no vi ni una sola nube, sólo el azul de la boveda que nos protege. Seguí caminando por el jardín, escuchaba las voces lejanas de los vendedores de frutas que pasan por mi casa, las voces de mis hijos que, alegres, pedían esto o aquello para desayunar antes de irse a sus escuelas...escuchaba el sonido de la radio del jardinero: Amor de cabaret, de la Sonora Santanera. Tomé la regadera, sonreía, regué algunas plantas que empezaban a necesitar el líquido vital. Me gustan las plantas, son los hijos de Dios que debemos adoptar para asi cuidarlos...(¡Alto a la deforestación!)
Pasó una hora, ya todo estaba en paz, entré a la casa, lo buscaba, si supiera que no quiero apartarme de él ni un instante... No lo había visto desde que lo dejé dormido. Yo sé que necesita descansar, dejar a un lado sus casos, su agenda, sus documentos, dejar de escuchar el incesante timbre de su celular, dejar sus preocupaciones, su corbatas, y soñar con horizontes de colores que yo le brindo cuando lo paseo por mis sueños y turbulencias...Cuando lo hago caminar por las aguas del Leteo, y entrar en mi palacio de emociones, donde la reina soy yo, y él...él es mi dueño. Volví a ver hacia la estancia y fue cuando lo miré, sentado en su sofá favorito, al lado de la ventana. No hice ningún ruido pues quería contemplarlo....es un hombre extraordinariamente guapo. Tiene un perfil divino, con una nariz recta, como la de esos bustos romanos...asi me imagino a Saturno o a Jupiter. Su pelo con canas a los lados, lo hace interesante, atractivo...tiene los ojos -en ese momento trae lentes para leer- color musgo, que a veces le cambian a color miel... Cada vez que miro su cara, me hipnotiza, me hace alucinar y no puedo dejar de verlo y pensar que en un viaje por la vida, me apareció - o yo me le aparecí...-
Cierro mis ojos y recuerdo situaciones de mi vida en que él estuvo a mi lado, a mi alcance, a mi tacto...pero yo estaba ciega ( o me hicieron estarlo). Lo sigo mirando, él sigue absorto en ese libro...creo que es "El Halcón Maltés", miro sus manos como pasan las hojas, y asi me sueño con ellas, como cuando diseña mi cuerpo. Ha tomado un cigarrillo, lo pone suavemente en sus labios, sin dejar de leer, lo prende...lo observo...(suspiro) y mientras, me siento en otro lado, lejos de él, donde no me mira y le escribo esta poesia que no se si se la daré o no:
Soñé con historias de amor
donde te quise hacer real
- y en eso apareciste-
recogiste mi corazón
(hecho añicos)
lo mimáste, lo acariciáste
-con paciencia y pasión-
curáste mis heridas, una por una
deshiciste sentimientos
(desagradables, inoportunos)
y asi, me lleváste contigo...
susurrandome muy quedo
-mientras me besas-
(me escalofrías mi amor)
y me dices
(con esa voz que me incita)
que puedo volver a sonreir
(al amor)
que la esperanza toca de nuevo
-a mi puerta...-
Asi es él
(sin alardes)
ni retos espesos
ni luchas de poder
dándome todo sin pedirme nada
(yo sólo le doy mi amor...)
con eso le basta
y asi me va envolviendo
(con su calor)
con su paz
-también tranquilidad-
(y serenidad...)
Asi me ilumina mi camino
(es tanta su luz)
Y asi lo va cambiando todo
-la noche fría por el cielo azul-
los reproches
(por besos interminables)
las humillaciones
-por largas noches de pasión-
asi juega con mi alma
(y con mi cuerpo)
él es el que me espera
de día con el sol
-de noche con las estrellas-
bañandome de placer
(incansable forma de amar)
me cubre de caricias
-y de besos-
con su cuerpo
y su amor
(me sacia...lo abrazo)
Lo amo
-Me ama-
Día feliz
(por siempre...para siempre)
Dejo mi cuaderno, él sigue leyendo ¡Dios! es tan hermoso, tan especial. Asi me acerco a él, levanta sus ojos, me sonríe, me toma en sus brazos y juntos volvemos a cabalgar por la vida...cierro mis ojos y me recuesto en su pecho...
Ya nada importa...ya todo quedó atrás.
Cierro mis ojos...
Silencio...
y
amor
mucho
amor que dar...
y recibir.
Dios te bendiga amor mio.
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