A maldita sea, una mentira y otra, ya no puedo con la hipocresía. De repente, total silencio, y un hueco que se expande en el infierno. Maldita vida que llevo, no vale la pena seguir con este ejemplo. Todos me fallan y yo les fallo a ellos, con mis continuos acercamientos y con los continuos apogeos. Lo escuche ahora, un seco sentimiento, una voz tajante y cortante, diciéndome lo peor de mi sentido y esculpiendo un razonamiento inicuo. ¡No te creo! Es lo único que puedo decir en estos momentos, me has mentido y que tu mentira te lleve a los infiernos, es tan complejo mi remordimiento que quiero contraerme y no puedo, quiero llorar y que me lleve el dulce viento, para desaparecer, dejando a mi paso un dulce alivio para aquellos que me conocieron. Quiero borrar mi nombre de sus mentes, mis consejos y mis lamentos. Quiero que todo se torne gris, que el mundo en el que vivo se contraiga haciendo que los colores bellos se transformen en blanco y negro. No puedo... quiero llorar y no siento, quiero gritar pero mis labios se enmudecieron, la voz que en mi pecho expandía se fruncido. Maldito amor, maldito sentimiento, déjame vivir que sin ti yo no puedo.