LA GALLINA, MI VIDA Y LA LOCURA
Enciendo la radio. Estoy limpiando mi cuarto, hace dos meses que no lo hacía, no sé si fue por el estudio o por la pereza… Un ruido me asalta… ¡ah!… es la gallina.
La gallina cacarea mientras yo escucho una canción romántica –si, ya sé que las canciones románticas son tontas pero…-. Mi madre tiene un cuchillo en la mano ¡Dios mío -es sólo una expresión, no vayas a creer que yo creo en…- qué va ha hacer! se dispone a matarla. Ante esta situación, me pregunto lo que sentirá la gallina. Quisiera ayudarla pero no sé qué hacer por ella. Pienso que mi ayuda sería innecesaria, pues, de todas maneras, cualquier día estará en la mesa de alguna familia lista para ser devorada. Me pregunto, ¿quién soy yo para alargarle la vida?... ¿Y quién es mi madre para quitársela?... La canción aún no acaba y yo sigo pensando, no sé si existiendo, sólo pienso. La gallina ya no cacarea. La canción por fin ha finalizado, pero empieza otra –es un reggae de Bob Marley-. Qué será de la gallina, me pregunto. Tal vez este siendo sumergida en agua hervida para ser desplumada. La canción sigue sonando y mi mano no para de escribir, creo que me estoy alocando… ¿o acaso ya estoy loco?...no lo sé… sólo escribo. Me siento impotente no la pude ayudar. ¡Quisiera llorar!, no la pude ayudar. La canción termina pero empieza otra de nuevo... Pienso que la vida para algunos animales es como una canción, pues es el hombre el que decide casi siempre cuando termina; a veces es corta, otras veces muy larga… ¿Quiénes somos nosotros para decidir sobre la vida de los animales?... me vuelvo a preguntar…La verdad, no lo sé, sólo sé que somos unos animales más…
La gallina no debió morir -me digo-, mientras observo un libro de SARTRE. Sartre no debió morir, me vuelvo a decir, mientras concibo a la gallina degollada… La vida es absurda. Algunas personas no debieron morir.
Los animales viven pero no existen, lo mismo pasa con algunas personas –por no decir con la mayoría-. SAVATER dice que lo que diferencia a los animales de los hombres –aunque al final todos somos animales- es que los animales quieren porque viven, mientras que los hombres vivimos… porque queremos…Creo que Savater tiene razón. La voluntad es inherente al hombre y no a los animales. Pienso, otra vez, en la gallina. Pienso en los derechos que deberían tener algunos animales mientras pateo a mi gato para que salga de mi cuarto -¡qué paradoja!... soy un idiota-. Pienso en mi vida. Una pregunta me aborda, ¿es que acaso algunos animales no deberían tener unos cuantos derechos?... Creo que sí. Claro que no se pide que tengan los mismos derechos que los hombres, y esto debido a que sería estúpido pedir, por ejemplo, el derecho de sufragio para los perros o el derecho a participar en política para un burro –claro que en la actualidad muchos políticos, o seudo políticos, son más burros que el propio burro, sino vean a los congresistas, por ejemplo-. Pero lo que sí se pide es que por lo menos tengan unos cuantos derechos como por ejemplo el derecho a la vida, el derecho a no ser maltratado por un idiota, el derecho a vivir de manera natural en su medio... ¡Qué decepción! Savater no cree en los derechos de los animales. Creo que Savater quiso ser torero. Bueno, ningún hombre es perfecto.
La quinta canción empieza y me acuerdo de los estudiosos de Bioética y de sus postulados sobre los derechos de los animales. Ellos plantean algunos derechos para cierta clase de animales, en especial, los que se asemejan más al hombre, como por ejemplo: los simios, de los cuales descendemos… ¿o es qué acaso tú crees en Adán y Eva?...Bueno sin querer queriendo entramos en un tema muy conflictivo: razón y fe.
Dentro de dos horas estaré comiendo a la gallina, tal vez, cuando la coma olvide todo lo que acabo de escribir. Las canciones siguen, la vida sigue; y yo arreglo mi cuarto mientras le busco un sentido a mi vida. Tal vez debí morir yo en lugar de ella. Es estúpido fue ayer cuando la vi por primera vez, pero sin embargo me identificaba mucho con ella -creo que hasta la quería- al punto de haber dado mi propia vida por la de ella... Alguien estornuda, creo que es mi padre. Otra pregunta me aturde, ¡qué dolor de cabeza! ¿Qué es la vida?...Bueno, ya basta de estupideces; la gallina murió y yo sigo aquí, pero…Le debo tanto a esta gallina, por unos minutos le dio sentido a mi vida, por unos minutos me hizo existir… ¡Gracias gallina!...no sé a qué estomago irás a parar…solamente hubiera querido decirte: Gracias.
No sé si vuelva a escribir algo como esto, tal vez, tenga que esperar la llegada de otra gallina o volver a pensar en los derechos que deberían tener algunos animales. La nueva canción ha finalizado…empieza otra…, ya es tarde…tengo que limpiar mi cuarto… Apago la radio.
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