La vida pasa, se acelera, no frena nunca y yo ya no sé en que momento estoy dentro de ella.
Anduve perdido, camine engañado, pensando que mañana luciría el sol como antaño, como cuando la sonrisa del niño iluminaba mi cara.
La vida pasa, y me levanto a la misma hora, camino por la misma calle, cojo el mismo metro y me siento en la misma silla delante de la misma mesa.
De vez en cuando una ventana se abre de par en par y mis lágrimas escapan por ella, algunas veces parece que puedo despertar, pero siempre llega el día siguiente y tengo poca memoria.
Él porqué de todo lo que me sucede, debe estar escrito en algún lugar, guardado por mil llaves que nadie tiene, y yo lo tengo que averiguar, como de un truco de magia se tratara.
No, no quiero estar aquí.
No, no quiero seguir hablando,
Tengo tantas ganas de llorar, que me amargan mis lágimas, me aprietan el pecho y no puedo respirar, pero no puedo expulsarlas, no como yo quisiera.
La vida pasa, y estoy cansado de no hacer nada, de sentir vacío en todo lo que hago y no hacer nada para remediarlo.
Una mariposa revolotea por mi jardín
Su vuelo recrea el canto de un querubín
Una lagartija la otea desde la ventana
Su envidia le corroe por dentro
Quiere volar y poseer todo su esplendor
Quiere ser tan bella como la mariposa
Mientras Piensa la lagartija,
La bella Mariposa vuela más alto.
Que daño hizo la Mariposa,
Si no simplemente ser.
Pobre Lagartija,
Ella jamás se llegó a conocer.
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