Desprecio… ideas malsanas en expresiones malhadadas de rostros ingratos que se me cruzan por la calle y destapo a un simple golpe de viento con mis harapos, teñidos de ropa con tañidos del guiñapo de mi persona.
Cuento las horas de la mañana y contemplo al astro rey en su morada elevada, sobre mortales caras empañadas por la envidia acentuada de un mundo imperfecto, siendo a todos los efectos el reflejo de su alma despreciada.
He contemplado de cerca la vergüenza de amores y de murmullo de la soledad deseada, el desenfreno de la noche y la ausencia de palabras en aquel momento mágico sin saber que más tarde lo despreciaras por dudas infundadas… y de nuevo el desprecio y en medio, tu mirada…
Quiero volver a ser el macarra que robaba, a punta de sentimientos, tus más guardadas batallas en lides de dulzura descarriada, perdidas en la noche sin mi luna, en la luz de tu putada, tu amor, tu nada.
Quiero Quiero Quiero Quiero ¿sabes qué? No quiero nada, que con nada empecé y siempre con nada se acaba… quiero volar mas allá del mundo hacia la espiritualidad desenfadada de un mundo imperfecto pero con limpias miradas, que no escondan mentiras veladas, mentiras sabidas, mentiras gritadas, mentiras superfluas y mentiras con tintes de verdad maquillada.
Quiero echar de menos algo, quizá tu mirada, o la miríada de explosiones en mi alma cuando me llamabas palabras sin desprecio, solo palabras, no sentimientos, solo expresiones vulgares para acallar mi alma atormentada por la duda de saber, si era yo en quien pensabas o el interfecto que ahora te llama esclava.
Una vez de miles te pregunte una cosa… me respondiste varias, te pregunte tu nombre y me diste datos correlativos en un documento de dudosa realidad, utilidad y demás parafernalia…
Me encanta jugar a desplantes sentimentales con alusiones literarias… es como echarle a las cerdas verdades veladas…
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