Donde la sutileza es la reina de todas las llaves
Donde la velocidad no hace la calidad, pero si la astucia.
Donde nuestra percepción se descuida de todos sus prejuicios.
Donde la concentración de energía y su posterior desenlace se resume en un suspiro
Donde la unión de dos partes resume el todo.
Donde la desnudes se convierte en carne viva.
No es esperar a ceder a la voluntad del otro, sino el ir a sofocarla y darle a conocer lo que necesita.
Es descubrir diferentes figuras en un mismo cuerpo.
Es sofocar un beso, no esperarlo.
Es impacientar al deseo, no aplacarlo.
Es jugar con la necesidad de compasión que la entrega total pide al mismo tiempo que se retuerce por no ser aplacada.
Donde la fusión hace implacable el desconsuelo.
Es eliminar la sed de nuestro aliento
No es golpear antes de entrar, es entrar golpeando.
Es el potenciar la astucia para que descubra una vulnerabilidad nueva.
Significa el aceptar la carne como alimento y no como sustento.
Significa volverse contenido y dejar de ser envase.
Donde la particularidad se las ingenia mejor que la brutalidad.
Donde la tosquedad delimita su propio encierro.
Significa despojarse de la senilidad civilizada de no ceder a uno mismo.
Significa aceptar que la crueldad es la musa inspiradora de todos nuestros hechos.
Significa ceder a la particularidad de dejarse ser
Significa asistir a la tentación del dolor que asusta por su persistencia.
Significa diagramarse en esferas de cristales irrompibles
Donde el único limite es la ausencia del mismo.
Donde el único anhelo es no saciarse nunca.
Donde la sed no se sofoca, se acrecienta.
Donde la insistencia petrifica a la vergüenza.
Donde la venganza solo es un nuevo desafío.
Donde el roce es el dueño del hechizo, unico dueño del encantamiento.
Somos sexo enjaulado en apariencias…
Donde el orgullo se vuelve una bestia húmeda que se desliza ante los pies de su amo.
Donde el instante es devorado y ya no somos devorados por ellos.
Significa extinguirse…para dejar de volverse añejo.