Fuera esta lloviendo, ella se asoma a mirar el paisaje que le ofrece la gran ciudad, da igual que llueva o haga sol, el paisaje siempre es el mismo, tonos grises, antenas, coches...

Una señora se para a mirar el escaparate de las Rebajas, esta inmersa en su mundo, un niño corre calle abajo con un balón de baloncesto entre sus brazos, un anciano pasea a su perro el cual lleva un traje especial para el agua, un hombre anda calle arriba con una bolsa de plástico en la cabeza, y para evitar que el aire se lleve la bolsa, a metido sus orejas en las asas, que exquisitez de imagen, no puede evitar soltar una carcajada.

Se acerca la ebullición de la olla... un camión ha parado en doble fila, los conductores histéricos hacen sonar el alarido de sus coches.

Nuestra amiga tapa sus oídos, y su mirada revolotea de un lado a otro inquieta, al fin sus ojos se calman observando el único árbol de toda la calle, es increíble que pueda sobrevivir en medio de ese caos, parece una imagen surrealista, debe de llevar años en el barrio, su tronco es enorme, imagina como sería ese mismo árbol en otro paisaje, rayos de sol filtrándose entre sus hojas, unos pajarillos jugando entre sus ramas, unas montañas en la lejanía, un lago, un valle verde intenso y como esta lloviendo, un bello arco iris. El aire juega con su copa, y el olor a naturaleza invade el paisaje. Ella se encuentra en su tienda de campaña, puede oír las gotas de lluvia golpeando en la tela, de repente sale corriendo, para un segundo y grita EEOO!, solo el eco la responde...

Desde su ventana observa lo más poderoso que posee el hombre, su propia imaginación.


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