Tratando de encontrarte

¿Qué porqué hago esto? Hay dos razones y tal vez muy válidas; la primera es que alguien me sugirió que lo hiciera y la segunda es que tenía algo que aclararme… ¿Qué pasa cuando de nuevo sientes eso que creíste nunca más sentir?

Parece que de nuevo se terminan mis palabras para expresar cualquier cosa.

En fin, creí que en algo me parecías familiar, pero me equivoqué…Y todo porque no te importó pasar sobre los demás. Sentiste el poder que otorga la confianza en uno mismo y lo confundiste con la autoestima. A pesar de todo me agrada tu arrogancia, y es por ello que cada vez que te distingo me pregunto cómo se verá el mundo a través de tus ojos.

¿Dónde se echo todo a perder? Tal vez no debería plantearlo como pregunta sino como respuesta; me pareció notar que alcanzabas ese trono que siempre deseaste pero vivimos una alegre mentira; de nuevo no hay alguien que me acompañe…

Me pregunto que piensas de mí y vuelvo a lo mismo, ese sentimiento de dejar rodar la vida y dejarla dar sus arcadas que de lejos parecen graciosas. El afán de regodearte en tu dolor te ha hecho tan vulnerable como aquel que nunca lo haya intentado, o tal vez como aquel que nunca creíste pensase de manera similar. Y tú crees que me conoces, que padecemos de lo mismo, que sabes todo de mí, que soy tan tranquilo y tan necio como dices, que simplemente podemos permitirnos el disponer del tiempo del otro. Y que si nunca te entendí es porque somos diferentes, que si nunca te importé es porque eres optimista (o al menos muchos lo han dicho así). Que si no lo entenderé es porque me probaste ser un pesimista. Y que si ellos dicen que la mejor oportunidad es siempre ahora lo aceptaré por venir precisamente de ellos.

Y encontrar mi alma tranquila después de una caminata me hace volver a tu mirada; y comenzar a extrañarte me vuelve impaciente. Pienso en la mitad del mundo que aún gira… la mitad del mundo que aún me falta; la mitad del mundo que me vuelve lo que soy y que aún ahora no quiero aceptar.

Hacer esto de manera impaciente es como tratar de explicar esas analogías que sólo quien las formula entiende. Si yo soy real mi alma no puede expresarse, si no lo soy, no explico mi inexistencia. Te agradezco esa sonrisa que me hace jugar con plastilina y me hace viajar a donde tú quieras ir; que me hace pensar en una síncopa pausada en una expresión del pensamiento.

Tus blancas mentiras a medias siempre me han herido y sigo pensando en aquella frase a mi gusto melancólica “volver al amor de una flor olvidada”.

Un reproche mal hecho, sí.

Solo eso he logrado, pero tengo que decirte que no reprocho tu actitud, sino mi cobardía para decírtelo, para lograr que alguien me entienda.

Alcanzaste ese sentimiento; ese tono alterado que me desconcierta. Ese sentir al tiempo joven, pero espero que sepas que no podrás ir, no escapaste ni tratando de morir… y de nuevo me pregunto ¿Dónde se echo todo a perder?

Esta mañana de domingo no da para más. Obtuviste lo que quisiste pero no podrás librarte porque hará falta ese tiempo que pase tratando de encontrarte.

"Escrito en algún momento de mi vida"