1, 2, 3, 4, 5, respiración artificial….

Sentía todo lo que pasaba a mi alrededor, no podía moverme, no podía hablar, escuchaba a la gente agolpada a mi alrededor.

Todos se preguntaban que me había pasado, ni yo lo sabía. Ahí estaba tendida en el pavimento, seco, caliente, para nada amable. Ese pavimento y las voces me decían que ese era el final. No quería creerlo, pero así era.

En un momento las voces eran más tenues, hasta que en un momento todo se había apagado, no, nada a mi alrededor se había apagado. Me había apagado yo.