"No digas que no puedes si aún no lo has intentando. No sentencies que no tienes talentos, pues Dios ha dado a cada persona ¡Uno como mínimo!
No afirmes: ¡Esa oportunidad no es para mí! Porque de oportunidades, puertas y ventanas está hecho el mundo. No digas no triunfaré, porque el sólo hecho de tener la vida y la misericordia de Dios ya es un triunfo para recomenzar hoy.
No digas que te hacen falta muchas cosas, porque cuando tengas las que deseas una nueva cantidad de necesidades vendrán añadirse.
No digas: ¡No puedo perdonar! Porque no hay negocio más dañino que el rencor, la amargura y el resentimiento.
No añores el talento, la fama, la riqueza de otros... porque la felicidad nunca, jamás, ha provenido de tener estas bendiciones ¡La felicidad es el contentamiento en Dios!
Nunca te rindas, porque allí concluiría todo. Nunca te postres en el desánimo, porque energías y fuerzas para siempre perderás.
Tú puedes. Dilo, créelo: ¡Yo también puedo! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!!