Despertar y sentir que no es una pesadilla, creciste de golpe. Quedaron truncos los cuentos de hadas, los guiños y la sonrisa de la luna, las mariposas que te fascinaban con sus acrobáticas danzas, despertar sin luz, sin ilusiones.
Despertar en un laberinto donde no encuentras la salida, donde te acechan los peligros, donde te envuelven los pánicos, donde tienes que crecer de golpe, demostrar tu astucia, ocultar tu corazón estrujado por el miedo y cubrirte con un disfraz de valiente, erguir la cabeza con arrogancia y gritar, ¡ no necesito a nadie! Y a la vez acallar una voz interior que susurra — Mientes, te mueres por una migaja de cariño, por un “ te quiero”.
Y sigues caminando en un laberinto sin salida, fuera están los que te juzgan, los indiferentes, los insensibles, los que te dan la espalda, adentro revolviéndose en el lodo están los ladrones, los asesinos, los violadores, los narcotraficantes, los drogadictos, los alcohólicos; al igual que tú no se dan por vencidos aunque nunca encuentren la salida.
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