En la búsqueda del olvido de memorias
Me hundo suave con leve soplo de tristeza.

Con el drenar sangre de la carne
La esencia se liberaría e alzaría vuelo infinito
Pero, gota a gota inocente desparramada
Constante, sin salida alguna
Se enredan en la propia atrofiada condena
Atrapándose silenciosa y secretamente.

Carcelaria espesa miel de rojo
Descontrolada,
Abrazad mi mal sanas alas
Impidiéndoles abrir el cielo.

Sofocantemente ruego:
Que la lucha se haga poca
Que la noche se lance oscura
Y que al fin la paz selle mis labios...

Con la última mirada escapada de mis ojos
Observo a los Ángeles furiosos
Arribando con su llegada,
Rompiendo sombras impulsados por suspiros
Tomando mi cuerpo sediento de sangre

Sus alegres canciones disipan mi tristeza
Delicadamente como soñando en una nube
Con el penetrante aroma a libre, dulce, me retiran.

... “es el eterno y único ensueño”...